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Siempre están presentes los dos lados de la moneda, es la polaridad a la que no estamos tan acostumbrados como seres humanos, porque se nos hace difícil aceptar que lo absoluto siempre nos escapa.
Este es un disco típico de Novembers Doom, por lo menos en su faceta menos melódica, por lo que voy a hablar tanto de la banda en sí como del disco. Es más no creo que Bled White se destaque como el mejor en su discografía. Sin embargo, vale la pena ahondar en este álbum porque sigue siendo un disco de Novembers Doom y por lo tanto no deja de ser muy interesante, legítimo y bien trabajado. Una particularidad.
Una banda que no es para todos o para todo momento. Todo empieza después de una seguidilla de discos en los años 90, aclamados por algunos medios del metal extremo. Ya en el año dos mil presentan el magnífico LP The Knowing. Sin embargo, es con A Pale Haunt Departure (2005) que recién esta banda termina de marcar con tinta indeleble su participación en la historia del underground global (y el verdadero comienzo de mi relación con su música). Ojo, este posicionamiento mundial de la banda se da sin perder la fidelidad a un estilo ortodoxo que pese a estar trabajado con gran maestría a esas alturas de su carrera, no los sacaría jamás de los abismos del underground, manteniéndose constantemente fieles a su sonido tan verdadero, tan consecuente. Los dos lados de la moneda.
En general un estilo dark doom/death inglés menos los violines y las teclas, con algunas características claras, como riffs deathmetaleros y por otro lado disonancias delicadas que muchas veces expresan confeso temor al mismo tiempo que son tenebrosas… De igual manera encontramos escondidos punteos de guitarra y más específicamente, en el ojo de la tormenta, el agradecimiento y el sufrimiento del vocalista y letrista Paul Kuhr.
Ya años después de sus comienzos, los Novembers Doom llegan a ser en un punto, más angulares y aplastantes que antes (The Novella Reservoir – 2007), más apegados al death metal norteamericano de principios de siglo. Es más, con Into Night´s Requiem Infernal (2009), sus inmersiones deathmetaleras llegan a ser totalmente malvadas, un detalle dentro de su discografía. En cambio Aphotic (2011) es un ejemplo de su pasado menos pesado y más melódico, un buen disco para empezar con la banda de no conocerla hasta ahora.
Es normal que la calidad de este grupo, reflejada en su sólida carrera, vaya acompañada por un trabajo de producción cada vez más destacable en el tiempo, en los últimos años operado por Dan Swano, y un trabajo de arte normalmente manejado por el renombrado Travis Smith. Colaboradores de primera línea.
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Esta banda no es fácil en discos como este, supongo que requiere cierto tipo de madurez musical por un lado y, por el otro, cierto gusto por el sub-género nacido en los 90’s, la capacidad de palpar la sensación o la fisonomía del mensaje de este tipo de bandas. Un sonido clásico ya a estas alturas, al cual Novembers Doom siempre le dio su propio toque desde los EEUU.
Como Opeth en sus épocas, siguen usando hasta ahora la yuxtaposición de las partes pesadas y guturales, con los pasajes limpios y de madera (los dos lados de la moneda), aunque ya hace mucho las estructuras de las canciones son más complejas que eso obviamente.
Empieza la melancolía, para pasar después a momentos de ira y por último hundirse en la tristeza, ahí donde alguna vez todos se encuentran por cuestiones diversas. Casos en los que no queda más que observar por un momento. Discos que también pueden servir justamente de soporte, la miseria agudizada que se necesita para despegar de nuevo. Los dos lados de la moneda.Ahora, este álbum es la prueba presente de que con el tiempo estos oriundos de la infame (si se la ve desde cierto punto de vista) ciudad de Chicago, purificaron sus fondos y sus formas, profundizando aún más un estilo propio y la marca indeleble en el sub-género. Simplemente parecen descartar cualquier tipo de moda.
Tal vez no es el mejor disco que hayan hecho. Tal vez es para cierto tipo de idóneos, para los que acogen todavía este sonido clásico de death metal y doom. Es un disco complejo, una travesía por los problemas de una persona recurrentemente torturada por la depresión (como se explica en el libro The Wayfaring Chronicles escrito por el mismo Paul Kuhr hace un par de años).
Para los que no están acostumbrados, la disonancia relativamente recurrente puede llegar a ser un problema al principio, sobre todo en la voz limpia. El estilo es moroso y hay unas cuantas canciones de relleno para mi gusto. Sin embargo, la pericia con la que hacen que la disonancia se entrelace con la melodía, las subidas y bajadas, la morosidad; todo forma más bien una experiencia completa, el sonido de Novembers Doom.
Bled White requiere cierta paciencia. Si llegaste a la canción número 5 pues felicitaciones, porque a partir de la 6 es cuando el disco te termina de atrapar y te muestra su verdadera dimensión. Es cuando deciden soltarse tanto a nivel agresivo como a nivel melódico. El lado B es el mejor.
Es extraordinario que una agrupación que ya tiene casi 20 años de recorrido, se mantenga relevante sin la necesidad de cambiar radicalmente de estilo. Se hace difícil no apreciar a esta banda indiscutiblemente auténtica y consecuente. Y aunque este no sea su disco más consistente, los sostiene todavía con la cabeza muy en alto.
Buena Sebas! definitivamente concuerdo con lo que dices de la banda y de este su nuevo disco. Estos señores de Chicago definitivamente tienen una historia particular (por todo lo sucedido con el Paul Kuhr) y principalemente por la regularidad de su música. Es una banda que también me gusta mucho. Este Bled White creo que no está entre lo mejor de su discografía, pero igual sigue siendo un disco muy sólido, que de seguro estará en muchas listas de fin de año.Un fuerte abrazo
Ya se extrañaba una revisión del Sebas!!!Confieso que este disco no me entro del todo, todavía me cuesta, pero concuerdo con ustedes, es un disco interesante, que vale la pena tomar en cuenta.Saludos
Gracias Machi, de acuerdo contigo.Gracias Dieguex.Tenía que hablar de los ND en el Abismo.Saludos