En primera instancia se menciona que el concierto iba a ser cancelado porque el promotor tendría otras tendencias políticas a las de la banda, la segunda organización canceló el concierto unas semanas antes y el organizador final tomó la fecha para evitar que esta se caiga La controversia creció más aún, cuando las investigaciones apuntaron como culpables a fanáticos que querían ingresar gratis y que días antes hicieron un llamado a través de las redes para provocar una avalancha. Un video crucial muestra como más de un centenar de personas (la policía señaló que estaban bajo los efectos del alcohol) aprovechan un par de incidentes en la única puerta para entrar frenéticamente. Además se señala problemas con el lugar que era un sótano, habían más personas de las permitidas y la falta de salidas de emergencias. A la bajista de la banda telenonera le llegó un botellazo en la cabeza, y cuando Doom empezó a tocar ya los bomberos y la policía hacían su eminente entrada, el concierto no pudo terminar porque ya habían heridos.
Uno de los miembros de Doom, comentó: “Si estos fans fueron los culpables, dejan una mancha de mierda en la escena punk y generan una distorsión masiva de esta música. Ellos son los fascistas y matones. ¿Qué seriedad pueden inspirar estos imbéciles que salen a asaltar un lugar en masa y de forma violenta? Ellos sólo piensan en sí mismos, en su arrogancia. Son los enemigos del punk y de lo que promovemos en nuestras letras. ¿Estas personas realmente creen que vamos a tocar gratis después de atravesar la mitad del mundo? Los precios eran muy razonables, no es como si estuviéramos estafándolos. Estos idiotas viven en una realidad donde creen que tienen derecho a todo de forma gratuita y que nada en este mundo cuesta dinero. Aunque siempre parecen tener plata para comprar alcohol.”
Entre muchos que culpan a estos “anti-sistema”, justificando que son punks, que no valoran el trabajo de las productoras/bandas y quieren todo gratis, los que piden más seguridad para controlar, los mismos punks que culpan a terceros para no ser todos discriminados, otros incluso culparon a la banda con sitios “Anti-Doom”, a lo que la banda añadió: “han habido viles mentiras y campañas de odio, atacándonos en un intento de culparnos por lo sucedido. Esto ha incluido los intentos de algunas personas codiciosas y deshonestas acosándonos y mintiéndole a familias afectadas, fingiendo que estaban relacionados con quienes murieron, o recaudando fondos en cuentas falsas sín intención de compartir el dinero conseguido con las familias afectadas.” Solo se sabe de cinco imputados por esta tragedia, entre ellos el organizador, quien cambió el lugar previamente anunciado, y de quien se rumorea además que canceló con anterioridad otros shows y no devuelve entradas, como tambien el administrador y los propietarios del lugar.
Una escena local que ya tuvo experiencias de avalanchas humanas, donde además existe un estricto control de los asistentes a eventos masivos y que por otra parte deja sin lugares apropiados a muchas otras bandas underground, productoras y sus pequeños eventos.
El efecto Cromañón (Argentina)
Es importante también recordar el incendio producido en República Cromañón en Buenos Aires, el 30 de diciembre de 2004, donde tocaba la banda Callejeros. Siendo una de las mayores tragedias en Argentina, que dejó un saldo de casi 200 muertos y al menos 1400 heridos. El local autorizado para 1000 personas, contaba ese día fatídico con más de 4000 y un sin fin de faltas graves de seguridad.
Posterior a este grave incidente, se produjo el cierre masivo de muchas discotecas y espacios cultulares sin planificar otros daños colaterales. No solo la banda sino la escena local en general estaban acostumbrados a ver a fanáticos que ingresaban con pirotecnia en los shows, de hecho esto sucedió antes en aquel lugar. Siguieron años de batallas legales en contra de los organizadores, propietarios del lugar, gente de la policía coimeada para controlar, la banda, etc. y solo se ha llegado a dejar en claro la falta que hace supervisar este tipo de eventos, sin de por medio solo velar por los intereses de algunos.
Muchas personas reclamaron masivamente no solo para defender al grupo Callejeros que fueron señalados como parte de los culpables, sino incluso estas protestas tuvieron influencia en las determinación de políticas por parte de las autoridades.
La experiencia en Bolivia
Más de una vez fui testigo de la euforia grupal de querer entrar gratis a un concierto. Cuando bandas conocidas llegaban a La Paz y donde las entradas según varios no estaban a su alcance, si era necesario podían incluso romper la puertas. Para conciertos pequeño o de bandas locales esto simplemente se reducía a pedir al organizador bajar el costo de la entrada o cobrar un monto simbólico a todo un grupo.
Experiencias de sentir que moriría aplastada en algún mosh casi nunca las viví pero quizás la vez en que si sentí miedo, debo admitir, fue en el concierto de Destrution y Kreator en Cochabamba, el 28 de agosto de 2002. Lo organizaron en unas canchas de beach volley donde la única barrera entre el escenario y la calle era una escualida malla metálica. Cuando Destruction tocaba, gente de afuera empezó a tirar piedras a lo que se encontraban dentro, escuché el rumor de que el vocal de Kreator dijo algo como “Déjelos entrar yo pago” lo que creo es una exageración pero llegado el momento derribaron la malla y/o la seguridad que muchos entraron tan a la mala que acabé con la marca de zapatilla en la espalda, por suerte no acabó en mayores.
La tragedia en el Club Colectiv (Rumania)
Poster del evento en la entrada del Club Colectiv [Foto de Gsvadds; CC-BY-SA] |
Seis meses después, el 30 de octubre pasado, la banda local Goodbye to Gravity presentaba de manera gratuita su nuevo disco en el Colectiv Nightclub de Bucarest. Más de 60 personas murieron (incluidos casi toda la banda) y otras 150 quedaron heridas. Sin el debido criterio para su uso ni las condiciones del ambiente, las llamas de unos juegos pirotécnicos utilizadas por la banda para su show, alcanzaron la espuma acústica inflamable. Habían unas 400 personas (solo tenía autorización para 80 sillas), el lugar se transformó literalmente en un infierno donde debido a la desesperación de la gente y solo a una salida de emergencia, muchos aspiraron los gases tóxicos y/o perecieron debido a la gravedad de sus quemaduras.
Este suceso es considerado uno de los peores en aquel país debido a la gran cantidad de muertes, además de que muchos heridos fueron transferidos a hospitales en otros países. Posteriormente, se realizaron protestas en masa para denunciar la corrupción que envuelve a este suceso donde el primer ministro del país tuvo que renunciar. Los propietarios del club fueron arrestados por homicidio negligente, como datos se considera que en el contrato se obligaba a la banda a llenar el lugar con al menos 400 personas, para justificar el consumo en el bar, de no ser así deberían pagar unos 500 euros por el alquiler. Se comprobó además la falta de control de este tipo de espacios para conciertos, por parte de autoridades locales.
El incendio de invierno en el Station Nightclub (EEUU)
Otro evento parecido, sucedió la noche de invierno del 20 de febrero de 2003 en el Station Nightclub en la pequeña ciudad de West Warwick en Rhode Island. El fuego fue causado por fuegos pirotécnicos encendidos por el tour manager de la banda principal de esa noche Great White, donde murieron unas 100 personas y más de 200 resultaron heridas. El techo del lugar, prácticamente de madera ardió tan rápido que la gente no tuvo el tiempo necesario de reaccionar y escapar del lugar.
Problemáticas similitudes
De todo lo anterior podemos mencionar características similares: licencias de funcionamiento caducas o autorizadas con irregularidades, falta de salidas de emergencia o bloqueo de las mismas, de señalización de salidas de emergencia, de extintores o su mal funcionamiento, capacidad de personas mayor a la autorizada, uso de material inflamable como esponja acústica y uso indebido de pirotecnia de exteriores en ambientes cerrados.
La pirotécnia forma parte quizás de costumbres urbanas en algunos lugares. Por mi experiencia aquí en Alemania, solo podría mencionar algún festival donde vi su uso, generalmente voy a conciertos pequeños así que eso no se ve.
Solidaridad entre artistas de diferentes géneros musicales
En Argentina muchos se solidarizaron con esta tragedia, produciendo canciones en memoria de los fallecidos e incluso documenales sobre lo ocurrido.
En Rumania artistas como el conocido Costin Chioreanu se solidarizó, de igual manera, lanzando un compilado a través de Bandcamp para que lo recaudado sea entregado a algunas de las víctimas.
La situación en Alemania
En Alemania existen regulaciones muy estrictas contra incendios. Deben existir varias rutas de escape y estar siempre libres para evacuar el lugar en pocos segundos. Los materiales por ejemplo de muebles o los del escenario, deben ser resistentes a las llamas. Estas reglas son estrictamente controladas por las autoridades, que de lo contrario suponen fuertes multas de dinero o el retiro de la licencia de funcionamiento del local, es decir, su clausura.
La corrupción en estos casos, se podría decir no existe, al menos no para pequeños o medianos eventos. Sin embargo, en 2010 en Duisburg donde se realizaba una versión del conocido festival de tecno Love Parade, esta vez en una área delimitada por mallas, hubo una pánico colectivo debido a las pequeñas vías de escape donde 21 personas murieron y 541 resultaron heridas. Hubo errores en la planificación del evento, en la cual quedan implicados los organizadores y autoridades de la ciudad, que aprobó el festival. Pero también al fracasó de la policía cuyas declaraciones falsas durante el desastre, hicieron que la situación se deteriore aún más. La fiscalía de Duisburg en febrero de 2014 puso la demanda en contra de 10 personas, pero el tribunal de distrito la rechazó mediante una resolución del 30 de marzo de 2016, antes de que comience el juicio. ¡Es decir que los culpables no son castigados hasta ahora! En un servicio conmemorativo, la banda de metal Axxis tocó su canción “21 Crosses”.
Lugar de la tragedia en Duisburg [Foto de Beademung; CC-BY-SA] |
Los requisitos para los festivales, posteriormente, se hicieron aún más estrictos y más burocráticos, por lo que algunos pequeños festivales ya no se llevan a cabo debido a que la burocracia es demasiada cara. Por un lado existe ahora una pérdida de la “Cultura del miedo” a que se pueda repetir un desastre de esta naturaleza pero por otro lado, muchos eventos no son peligrosos y por muchos años no hubieron accidentes de esta naturaleza.
¿Quién es entonces el responsable?
Graffiti en Buenos Aires |
Es evidente que existe mucha corrupción y no solo en Sudamérica. Por eso es necesario no solo que las autoridades locales, los propietarios de los espacios y los organizadores de los conciertos, tomen conciencia de que todo lugar que es utilizado para realizar eventos públicos, debe contar con los debidos factores de seguridad y cuyas licencias deberían ser regularmente actualizadas.
Todos deben tener conocimiento de sus responsabilidades. Incluso bandas que deberían ocuparse de ensayar más y mejorar sus propio rendimiento y no pensar que elementos extras en el show pueden atraer más que su talento y el público que debe respetar las condiciones, el trabajo realizado por todos, al prójimo y apoyar la escena. De una vez por todas mucha gente debe entender que organizar un concierto no es de ninguna forma algo gratuito, y que mucha gente invierte ya sea dinero y/o tiempo para que se pueda realizar.
Muchas veces prefieren ahorrar dinero, a costa de poner en riesgo la vida de las personas. Los lugares que no son aptos para este tipo de eventos, deberían ser también denunciados tanto por aquellos que los visitan (en su mayoría jóvenes), los vecinos y las mismas bandas que al final de cuentas, acaban trabajando para que el dueño pueda justificar el alquiler o el organizador su inversión.
Los intereses deben ser consensuados de manera de no hacer las condiciones tan estrictas y que por consecuencia no haya más festivales o conciertos. Como personas se debe considerar siempre que existe un cierto grado de riesgo que no depende de nosotros, es parte de la vida. Pero hay que tener presente que este debe ser lo mínimo posible y aún así permitirse que la diversión en la vida. La adecuada gestión de riesgos es un tema importante en la actualidad.
“El rock no mata” [Foto de Gsvadds; CC-BY-SA]
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La burocracia por tanto, no siempre es una carga innecesaria, más aún en el caso de los organizadores incompetentes o irresponsables donde se necesita una importante herramienta de protección para la seguridad del público y la banda. La anarquía sólo funcionaría cuando todas las personas asuman estas responsabilidades importantes, siempre y cuando estos incidentes no sucedan de otra forma hay que aprender a lidear con la burocracia.
Es importante que las reglas burocráticas sean lo suficientemente rigurosas para proteger a las personas pero si son demasiado estrictas, la cultura sufrirá debido a estás. Por tanto, las normas deben ser aplicadas a través de un control eficaz. En este ámbito, la corrupción y la negligencia acaban matando personas!.
Se espera de alguna forma, que este tipo de tragedias no se repitan y por lo mismo es importante compartir las terribles experiencias del pasado. Este post está dedicado a todos aquellos que perdieron su vida por solo querer disfrutar de la música que más les gustaba. Todos deberían tener este mismo derecho y el de estar seguros al hacerlo.