Samael – Lux Mundi (2011)

Samael es una banda que cuenta con una trayectoria conocida, un legado muy bien amparado en álbumes trabajados a lo largo de más de 2 décadas. En los 90’s estos suizos sacarían álbumes como el “Worship Him” de 1991; el “Blood Ritual” de 1992; el gran “Ceremony of Opposites” del 94; el increíble e importante EP llamado “Rebellion” del 95; el “Passage” de 1996, favorito de mucha gente; otro EP en el 98, llamado “Exodus”; y el “Eternal” de 1999. Luego, y con la llegada del nuevo milenio, el claro sonido black de los primeros discos, empezaría a cambiar hacia sonidos mucho más electrónicos ya desde el “Rebellion” y se establecería de la mejor manera con el “Passage”. Empezando así para el futuro, una división de este legado en 2 etapas pre y post milenio.

Con el paso hacia los 2000, aparecerían el “Reign of Light” del 2004; el “Era One” del 2006; el “Solar Soul” del 2007 y el “Above” del 2009; mostrando un Samael en proceso de adaptación a su propio cambio o metamorfosis, continuando con su propia evolución y búsqueda musical, pero ya no desde una perspectiva maligna, sino universal.

Este 2011, estos suizos llegan con un último trabajo que tranquilamente podría ubicarse en cuanto a sonido y actitud, en la primera década de la banda. La misma década en la que Samael ejercía un ritmo completamente específico en canciones como Black Trip, Rebellion, Into the Pentagram, Baphomet’s Throne, Rain, A Man in your Head, Jupiterian Vibe, entre muchísimas otras, y que ganara tantos adeptos.

Las canciones del “Lux Mundi”, luego de escuchas repetidas, transmiten similitudes que le sirvieron a la banda establecer por un lado, esa primera identidad como Samael en lo estrictamente musical; y por otro lado continuar con el discurso del nuevo milenio. Y esto creo, es parte de la importancia de este álbum.

Let my People Be, Of War, For a Thousand Years, The Shadow of the Sword, y la estupenda Pagan Trance, son algunos ejemplos de lo que musicalmente hoy en día la banda es, y al mismo tiempo, evidencias de la marcada progresión del mensaje, ahora universal, de Vorph y compañía. Un especie de conclusión de ambas décadas. La confirmación de su poder. Un top en este momento y por estos lares…

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