Fenómeno pop de la década; esta banda demostró que puede llenar estadios y hacer que diez mil personas coreen al unísono el nombre de Satanás. Es subversivo y revolucionario. Lo que siempre me atrajo, fue la parafernalia satánica, aunque se ha ido suavizando con el tiempo, y eso me pone un poco incómodo; de algo oscuro y macabro pasamos a algo cuasi pintoresco, similar a la evolución de Kiss y sus trajes arlequinescos. Máquina para producir dinero, es sin duda un éxito comercial sorprendente y uno de los mejores espectáculos, hoy en día. Roto el misticismo, dada la demanda legal de los otros miembros de la banda, al líder y compositor, Tobias Forge, algo de su encanto natural se perdió y Ghost dejó de ser una pequeña atracción, para convertirse en cabeza de lista, embarcándose en una gira triunfal por los Estados Unidos de América.
La banda ha cambiado, suena y se ve distinta; el nuevo guitarrista hace muy bien su trabajo, la batería tiene más cuerpo y los teclados ahora destacan; hay mayor juego escénico, sin su túnica papal, Forge tiene más flexibilidad en el escenario, aunque el Cardenal no tiene tanto carisma como el Papa. Aunque probablemente se trate de la mejor formación de la banda. Pese a todo, creo que su principal atractivo era esa imagen siniestra, los monjes encapuchados y el Papa diabólico, tocando canciones de rock con su ligero tinte pop. El objetivo de la banda y de Forge, siempre fue ese, romper en el mercado del norte; lo han logrado.
El disco suena muy bien, pero no es mejor que los anteriores. Me gusta el concepto, esa reflexión sobre la muerte que encaja bien en esa idea de la precuela. Si el primer disco, narra los ritos e invocaciones que anuncian la llegada del anticristo, este disco se concentra en la muerte; vender tu alma al diablo y rescatar a la mujer que amas, siendo un tópico de la narrativa romántica. Creo que al disco le cuesta despegar y cobra fuerza con Miasma y culmina de manera gloriosa con Life Eternal. Hubo mucha expectativa, después del golpe demoledor de Meliora, con sus seductores toques progresivos, mas ahora la banda da un giro hacia un rock más ochentero destinado a producir éxitos. Si bien tiene grandes momentos, se queda un poco plano y no llena las expectativas. Pero confirma un hecho, Ghost es una fenómeno de masas y recién está despegando.