I – Between Two Worlds (2006)

Between Two Worlds

Necesitaba tiempo para poner un poco de orden en mi vida y en mi cabeza, muchas emociones condensadas, mucha presión de por medio; las ganas de mandar todo al cuerno. La música ayuda, es mi terapia, mi refugio, la manera que tengo de lidiar con el estrés. En medio de ese torbellino de cosas, que pusieron de cabeza mi vida, un disco resalta porque lo escucho con verdadera obsesión. Una de esas gratas anomalías, una experiencia única, aunque efímera. De cuando en cuando, algunos músicos aburridos de sus bandas de origen deciden iniciar un proyecto paralelo, como una suerte de desafío, salir de la famosa zona de confort. I, es un proyecto un tanto raro que reúne a Ice Dale (guitarrista de Enslaved), a TC King (conocido músico de la escena blackera), Armagedda (quien fue baterista de Immortal, por un breve periodo), Abbath y Demonaz (quienes no necesitan mayores presentaciones).

Immortal

Pese a ser un proyecto blackero, el sonido se sitúa en una corriente un poco más clásica y lo que resalta son los solos de Ice Dale, que lo diferencian de la típica movida blackera. Le da mucho cuerpo a las canciones y el resultado es uno de los mejores discos metaleros de los dos mil. En un momento en cual Immortal parecía haberse estancado, presa de un insulso choque de egos, este disco marca la reconciliación entre Abbath y Demonaz, y por un tiempo funcionó. Esta misma banda da pie a los discos de solista de Demonaz (2011) y de Abbath (2016), aunque en ambos casos el sonido es más plano. Ice Dale, es un excelente compositor y su influencia se siente en todas las canciones; un sonido más accesible, con mucho de Motörhead y algo de Maiden, este disco rescata los mejores momentos en el metal. Creo que podría ser un buen punto de inicio para aventurarse a los terrenos siniestros y profanos del black.

I

No recuerdo muy bien como caí en este disco, pero desde que lo descubrí es una parte predominante en mi vida. En esos momentos de profunda congoja, de desencantos sentimentales y de estrés laboral, la brutalidad despechada me procura alivio. Siempre he buscado música agresiva, es la manera que tengo de controlar mi mal humor. Pero también vengo del hard rock y del heavy metal, y este álbum condensa todo lo que me gusta en la música: buenos riffs, buenos solos, buenas letras, sin desmerecer la parte rítmica, y la voz del Abbath. El disco es una pieza única, una rareza y a más de diez años de su publicación sigue sonando muy bien. Es una verdadera pena que sea una mera anécdota y vale la pena rescatarla, no solo por el impacto emocional que me provoca, si no más bien por la calidad musical que condensa, álbum de cabecera.

Sesiones del Abismo

Sobre George

Politólogo, melómano, escritor...

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