En una de esas agradables convenciones sociales, dado el juego de palabras en inglés, hoy se conmemora el día internacional de Star Wars, un fenómeno cultural sin precedentes; es casi una religión, en la cual las blasfemias también son castigadas con el ostracismo. Creo que nadie es ajeno a las controversias generadas por las secuelas y el cierre algo forzado, de unas de las sagas más emblemáticas del cine. El Episodio IV – Una Nueva Esperanza (1977), lo cambia todo y el aspecto que suelo resaltar, es el uso de la música, que le da mucha fuerza a la cinta; es parte integral de la narrativa. Space Opera, con todas sus implicaciones semánticas.
Esta cuarentena y todo lo que conlleva, el cambio en nuestros estilos de vida y hábitos de consumo, es propicio para meditar, y aunque de este lado del mundo seguimos enfrascados en debates estériles, en lugar de plantear soluciones, creo que deberíamos concentrarnos en algo un poco más trascendental; al fin y al cabo, los gobiernos van y vienen, y nada cambia en el fondo. Por otra parte, yo como individuo, sí puedo tratar de mejorar, tratar de hacer algo más que seguir los chismes en la redes sociales o participar del copioso intercambio de insultos, entre facciones que comparten más similitudes que diferencias. La música me mantiene vivo, adoro la música clásica y la banda sonora de estas películas y series, es parte fundamental de mi vida; por ello, para esta entrega especial, comparto una lista que armé para mi gozo personal, haciendo énfasis en el lado oscuro de la fuerza.