Diez años desde la salida de este monumental álbum de la banda de Chicago, y una de mis favoritas, Bongripper. Que se caracteriza por un sonido instrumental único, potente, pesado y muy intenso; ya sea en un álbum de doom, stoner, sludge, black, punk o lo que ellos quieran, pero manteniendo una línea constante en todas sus producciones.
Este su sexto álbum, va más por la vena del dark doom y el sludge, como cada disco conceptual de la banda, este rinde tributo al satanismo explícitamente, con tan solo cuatro temas pero de larga duración: Hail, Satan, Worship y Doom. En este trabajo, la lentitud y pesadez del ritmo, lo vuelve prácticamente hipnótico, exceptuando intencionalmente con el tema Satan, con sus elementos black metal y post rock.
Los riffs en sí mismos, suenan frescos e influenciados en parte por bandas clásicas de doom metal. Con memorables solos de guitarra, que son psicodélicos y perfectamente colocados, lo que demuestra una habilidad para escribir canciones y conocer la música que están haciendo, asegurandosé que se ajuste al género que apuntan, al igual que ofreciendo algo nuevo a sus seguidores.
Muchos dicen que se necesita de drogas o estar bajo su influencia para escuchar a esta banda, basados en que anteriores trabajos estaban claramente influenciados por esa temática, eg. Heroin de 2007. Personalmente luego de verlos en vivo un par de veces, considero que su música es lo suficientemente adictiva para entrar en trance. De eso se trata ahora hacer música, crear un disco y lograr que la gente lo disfrute a otro nivel en vivo, “esa” es una gran banda.
Bongripper es aún underground y sin compromisos, su carta de presentación es su gran talento y su originalidad. En lugar de volverse comerciales y dar a sus oyentes algo más genérico justificándolo como un cambio de sonido, ten por seguro que disfrutarás de este álbum de principio a fin.