Seguimos en el mes de los muertos, y hace pocos días atrás, se conmemoraba el fallecimiento de Eric Carr, el 24 de noviembre de 1991, el mismo día del deceso de Freddy Mercury. A Carr le tocó la penosa tarea de sustituir a Peter Criss en 1980; la historia es bastante conocida, y los cuatro lo cuentan desde diferentes perspectivas, lo cierto es que Criss, ya no estaba en condiciones de tocar. La gira del Unmasked, con Iron Maiden como teloneros, fue un éxito y Carr fue aceptado como un miembro de la familia; nadie podía cuestionar sus habilidades como baterista. El drama, radica en el hecho que Carr nunca fue un miembro de la banda, era un empleado, una herramienta sin voz ni voto. Incluso, cuando el baterista, ya estaba muy enfermo, la banda decidió continuar sin él. Le quitaron lo único que le importaba: participar en Kiss. Es un momento muy crudo, pero el consorcio Simmons-Stanley, es una empresa, y no se verían frenados, ni siquiera por la salud de uno de sus miembros.
Desde luego, el espectáculo tiene que continuar, pero se podía mitigar el costo humano; el mundo laboral es así, inclemente, si te enfermas a nadie le va a importar, y alguien más hará tu trabajo. Tratar a las personas con un mínimo de respeto no cuesta nada, y es importante devolverle su humanidad, a un individuo que es algo más que un engranaje en esta máquina infernal. Kiss es un monumento al ego de Gene Simmons, y su contribución es cuestionable, sobre todo en los años ochenta. Los discos han envejecido bien y Kiss sacó cuatro discos muy sólidos entre 1982 y 1985, recuperando parte del éxito de antaño. La gira del Animalize, ya con Bruce Kulick en la guitarra, lo ejemplifica muy bien, es una banda renovada, suena bien, y aunque la peluca de Simmons se ve ridícula, la banda lo da todo en el escenario. Es uno de los conciertos que más disfruto y debió ser el Alive III, puliendo un poco el sonido, podía ser el disco perfecto.
El Animalize es un gran disco, tiene un mega hit, pero las canciones de Simmons son muy malas, y la tendencia seguirá hasta el Revenge. Simmons estaba metido en otras cosas, quería hacer carrera en Hollywood, la banda pasó a un segundo plano, dejando un vacío. Ahí le podían dar más protagonismo a Carr, es un compositor y podían haberle dado el espacio que le correspondía. Es bastante frustrante que tus ideas sean rechazadas de manera tan insistente; lo único que ansiaba el baterista era poder cantar uno de sus temas, finalmente aconteció el 89, aunque Carr grabó mejores demos. Yo creo que es un momento para valorar lo que hizo Carr su estilo le dio a la banda el armazón necesario para gravitar hacia el heavy metal.
No está por demás mencionarlo, una vez más, el gran problema con Kiss, es que dejó de ser una banda, hace mucho tiempo, es una empresa y su única finalidad es hacer dinero; y en una banda debe prevalecer el criterio de igualdad, de lo contrario se convierte en un proyecto solista, con una rotación permanente de personal. Cuando menos esa mi percepción, individual y discutible; es mi relación tóxica con la banda: odio y amor.