Krallice – Demonic Wealth (2021)

Demonic Wealth

Krallice es una banda que sigo desde el 2015, con bastante entusiasmo; me encanta lo caótico que puede llegar a ser, lo sucio y brutal de ese sonido, muy diferente a otras agrupaciones y colectivos de la escena neoyorquina. Es una banda muy activa, y cada disco es una sorpresa. Algo hermética en el fondo, representa bien todo lo que es el metal extremo y el black contemporáneo, algo que venimos discutiendo, con cierta efusión en los Podcast del Abismo; pues sí, ahora tenemos podcast, ameno y entretenido, una batalla encarnizada entre los moradores de estas alturas. Me gusta ese oxímoron. 

Júpiter y Sémele

Volviendo al disco y sin más preámbulos, la cosa arranca con Folds of Plasma, y si la locura fuera música, tomaría la forma de esta canción. Cuando los teclados irrumpen esto se torna irreal; es el agobio, la disonancia y la maldad. Uno termina exhausto y algo perturbado; es el tipo de música que me gusta explorar, contemplar la grandeza de la divinidad y sobrevivir al impacto. A mi mente llega el cuadro de Moreau: Júpiter y Sémele; algo parecido me evoca esta canción. 

Dilution comienza con un toque electrónico que me tomó por sorpresa y las voces cavernosas, nos arrastran a las profundidades del abismo, podría ser el jingle para el podcast. Es algo muy turbio y es la primera vez que una de las canciones de Krallice, tiene esos teclados cual si fuera una versión diabólica de The Alan Parson Project. La referencia no es casual, estaba escuchando eso el otro día, recuerdos de otra vida. El ayer ya fue destruido y lo queda es el momento, las notas maléficas de un teclado ronco. En mi cabeza hago estas asociaciones, esta red de correspondencias, de analogías dispares; es mi herencia académica. 

Still, sigue con esa onda electrónica, parece una continuación musical y narrativa de la anterior, y aquí me viene a la mente el sonido de Ghostemane y los últimos discos de Striborg; llevando al metal por otra vías, ya muy cerca del coldwave. Nada mal en sí, es un álbum muy diferente de los anteriores y me agrada esa diversidad, la manera cómo van evolucionando.      

Mass for the Strangled, tiene un sonido más habitual en la banda, una mezcla de estilos y melodías; yo creo que es la representación de la decadencia, un cuerpo amorfo y putrefacto, que intenta ser algo y sin embargo, es solo una esencia mórbida y decrépita. Algo que me gusta mucho en este grupo, es que tiene un estilo muy propio, y ningún sello discográfico sacaría a la venta algo así, es demasiado osado y transgresor. Estamos lejos de la escena mainstream. Estas son las profundidades donde anida el rencor. 

Krallice Live © loudhacker

Sapphire, los sonidos envuelven, destruyen y crean; creo que eso resume muy bien a la banda y a este disco en particular, mucho más hermético que los anteriores. Es la oscuridad radiante, el pozo de lava, la cueva, el origen de la creación. Hace no mucho vi una película, The Borderlands; en regla general las iglesias se yerguen sobre los sitios sagrados de las culturas paganas, en la película, es el lugar donde mora un dios antiguo y para calmar su ira se construyó una iglesia. El grupo comedido de personajes, se adentra en sus túneles, solo para darse cuenta que están en las entrañas de la bestia, siendo digeridos; algo así me evoca esta canción.  

El Diablo – Codex Gigas

Digust Patterns, lleva bien su título, porque desde un inicio la canción pone incómodo, y va creciendo como una masa que lo invade todo. Hay un tema religioso de fondo, desde la portada, que evoca a un ser mítico representando en las páginas de un texto antiguo. Tengo muchas imágenes en mi cabeza, y esa portada me hace recuerdo al Codex Gigas, el libro que compila la sabiduría del mundo y el único que contiene una representación gráfica del Diablo. La banda no especifica qué es la portada en sí, y por tanto extrapolo sin ningún referente. 

Demonic Wealth, también me tomó de sorpresa, como si súbitamente habría caído en una feria medieval de artes oscuras. Sigue teniendo un sonido familiar, pero la banda se va por otro lado, en un giro que nadie veía venir. El Mass Cathexis causó cierta controversia, a mi me parece genial, como todo lo que la banda ha sacado porque me mueve el piso. Uno anda por la vida escuchando las mismas cosas, los mismos riffs, las mismas influencias y vienen estos neoyorkinos locos a demoler con sus mazos todas mis convicciones musicales. En algún momento lo abordamos, en esas charlas entre amigos, la comunidad del Abismo, es la postmodernidad, la fragmentación de la realidad y este disco encaja muy bien en ese ideario. 

Es una de las cosas más interesantes que he escuchado este año, porque realmente es un universo en sí, están en su propia categoría e incluso es vanguardista y lo asocio a los últimos discos de Poly-Math, es la misma atmosfera, música caótica ambiental, con sus toques electrónicos. Es una bomba en el cerebro, ¿cómo procesamos todo esto? ¿es posible hacerlo? Resistant Strains es la canción que cierra el disco, con ese sonido bastante blackero, por la calidad de la producción, grabado en un teléfono; cuando menos, la banda alega que la batería fue grabada de esa manera. Este es el espectro musical hoy en día, se recuperan elementos del black clásico, sin someternos al estereotipo.  

 

  

Sobre George

Politólogo, melómano, escritor...

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