The Who – Who’s Next (1971)

Who’s Next

Baba O’Riley, la canción que abre el disco, fue concebida como un tributo filosófico y musical, a los mentores de Pete Townshend; comienza con una secuencia programada, siendo el resultado de un experimento truncado: capturar el aura musical de las personas, la base conceptual del abortado proyecto Lifehouse. Adaptada en un futuro no muy lejano, en un mundo postapocalíptico, esta canción es la definición de lo épico; es una vibración en lo más profundo del ser. La voz de Roger Daltrey está en su mejor momento y la batería de Keith Moon es colosal.

Bargain, es otra canción directamente influenciada por la filosofía de Meher Baba; el amor a Dios. Todos buscamos un propósito, una razón de ser, una finalidad; la respuesta religiosa es un muy simple: es Dios. Es el único fundamento para existir, es la razón y finalidad de toda la existencia y en agradecimiento, veneramos a la divinidad, por el regalo concedido: la vida. Quien no encuentra a Dios, anda vagando por el mundo, sin conocer su propósito. Más allá del delirio metafísico, la canción suena bien y algo que destaca, son los teclados, la banda experimentando con artefactos tecnológicos, es el nacimiento de la música electrónica. Hay una cierta influencia de Jean Jacques Perrey.  

Love Ain’t for Keeping, es una de las canciones que fue concebida, como parte de la narrativa del proyecto Lifehouse. Celebración del amor, hoy suena medio cursi, pero todavía estamos en plena era hippie. Era un periodo de optimismo, el poder del amor lo superaba todo y aún en medio de las desgracias, en un mundo en ruinas, el amor prevalece, es la llave a la salvación y a la felicidad. Existen dos versiones, la primera, que es parte de las canciones grabadas en Nueva York, con Kirt Lambert como productor, conserva los arreglos originales que la banda reproduce en vivo, y suena mejor que aquella que figura en el disco original, aunque prefiero la voz de Roger Daltrey a la voz de Pete Tonwshend

Se dice, que esas grabaciones fueron descartadas, porque la visión del productor no coincidía con las expectativas de la banda. A lo largo de los años, muchas de esas canciones fueron reutilizadas en diversos albúmenes compilatorio, y el más interesante es el Odds & Sods, en 1973 a John Entwistle, le comisionaron la tarea de armar un disco, para satisfacer la demanda y el resultado una amalgama de cosas que por diversas razones fueron descartadas, incluyendo algunas canciones del proyecto Lifehouse, que no entraron en el Who’s Next. Al respecto, My Wife, canción de Entwistle, es la única que no formó parte del proyecto, pero fue incluida en el disco, suena genial, es un clásico indiscutible.

The Song is Over, cerraba el concepto original; una canción que contiene la esencia de la humanidad, la fuerza que libera las conciencias, da un propósito y un sentido. El amor transmutado en una vibración pura. El Who’s Next no es un disco narrativo, poniendo la piezas en su lugar, uno reconstruye la idea; no deja de ser una conceptualización bastante compleja. El contraste entre las voces, genera un interesante equilibrio, entre la nostalgia del cierre, y la fuerza del concierto, la confluencia narrativa, el desenlace y la resolución del problema; la música derriba cualquier barrera. Toda una generación unida, coreando una canción, esa era la visión de la banda y algo que avizoraron en los festivales: en Woodstock y Wight.  

Getting in Tune, la canción que abre la segunda cara en la versión original, retoma las mismas ideas, que la anterior; representa la dualidad: la búsqueda de espiritualidad y lo banal que es tratar de componer, tocar, salir de gira, contentar a los empresarios, conseguir chicas; lo que expresa las inquietudes del guitarrista. Todos ansiamos algo más que este envoltorio de carne; trascendencia en la base discursiva de todas las religiones, o de cualquier secta y también se aplica a la teorías de conspiración, eres el iluminado que sabe algo que los demás ignoran. Eso hace sentir bien a cualquiera y la gente estará dispuesta a luchas para conservar esa ilusión, por eso estaré dispuesto a destripar a quien me diga lo contrario. 

Going Mobile, es un concepto pintoresco, tener una casa rodante e ir donde te dé la gana; son cosas que yo no entiendo, siendo una criatura esencialmente sedentaria, de hecho nunca saldría de casa si no tuviera necesidad; es cierto, leo y así conozco el mundo, de segunda, como cierto filósofo medio puto. Desarrollo la imaginación y me fio de mi conocimiento; cada cual escoge su camino, la cosa es que te sientas contento. Todas estas ideas, la historia de una pareja, la música, los viajes, el éxodo, se alejan del concepto inicial: la trascendencia, el aura musical y cae en lo trivial, por eso mismo el proyecto fue descartado, era inconcebible, irrealizable.

Es una idea genial, pero a Tonwshend le faltaba recorrido, haber vivido; aunque puede ser un prejuicio, hay gente que sigue igual o más cretina. La edad no dice nada por sí misma, es la sabiduría y el conocimiento lo que generan una perspectiva, la posibilidad de analizar con criterio, agrupando argumentos; lo siento ya estoy divagando, escribo lo que pienso, las sensaciones que llegan a mi cerebro, aunque creo que no funciona de esa manera. Behind Blue Eyes, es una canción hermosa, es la mejor a nivel lírico, aunque es una canción super trillada que a fuerza de ser repetida pierde su impacto. Le reedición del 95 y las siguientes, incluyen una versión alternativa, en la cual se escuchan mejor los teclados, aunque las diferencias son bastantes sutiles. 

Won’t Get Fool Again, es una de las canciones que define una era y es de lo mejor que tiene The Who, en vivo ninguna otra banda tenía tanta fuerza; es pura brutalidad, suelo repetirlo con mucha frecuencia, pero lo pueden ver por sí mismos, es caótico. Aquí volvemos a la idea original: el aura musical, la secuencia generada por un sintetizador. Es una crítica lúcida a lo fútil que puede ser una revolución; pensamos que el cambio es real, y sin embargo todo sigue igual, las mismas elites gozando del poder, los zánganos mirando con altivez. El poder se reestructura, siempre sobre las mismas bases. Existe una versión alternativa, y no deja de ser un intento fallido. Aquí termina el formato original, aunque el disco fue reditado un par de veces con bonus muy interesantes. 

La dos ediciones, la del 95 y la del 2005 incluyen Pure and Easy, aunque en versiones ligeramente diferentes; es parte del concepto Lifehouse, una nota que contiene la esencia de la humanidad, una vibración tan pura que con la cual alcanzamos la trascendencia, la plena magnitud del ser. Es una gran adición al disco y es una pena que haya quedado fuera, es de esa rarezas que fue incluida en el Odds & Sods, y Pete Townshend la grabó, para su primer disco como solista, Who Came First (1972), en una reinterpretación muy diferente, ese disco es genial, pero no es mucho mi estilo; prefiero la voz de Daltrey

Las dos versiones también incluyen un cover de Marvin Gaye, que en realidad es un jam en estudio, y es una bestialidad, con Leslie West haciendo dupla con Pete Tonwshend. Prefiero la versión completa y muestra bien todo el poder de la banda; es una canción que The Who tocaba, durante esa primera gira, la del 64 – 65; existe una versión en estudio, de ese periodo, cuando la banda todavía gravitaba en la esfera pop. Es fascinante su evolución; los salvajes, los brutales, los desaforados.    

Parte del concepto original, consistía en combinar las sesiones en estudio y la fuerza bruta del escenario, era la secuencia final del proyecto. Para ello grabaron un concierto, en el Young Vic Theater, el 26 de abril 1971, y la edición del 2005, lo incluye casi en su totalidad; la versión del 95, incluyó dos temas que funcionan muy bien en vivo, Naked Eye y Water, las versiones en estudio están en el Odds & Sods, pero por razones que no entiendo nunca funcionaron fuera del escenario. Ambas canciones son piezas cruciales y son parte de este disco 

Tres temas más fueron descartados, cerrando el nudo narrativo, de este galimatías descomunal, y este indudablemente es el mejor disco; I Don’t Even Know Myself, Too Much of Anything y Time is Passing. Las ideas pueden ser obsesivas, y con el paso de los años, canciones que fueron consideradas para el proyecto, fueron incorporadas en otros discos. Una de esos recopilatorios, que es necesario tener es el Thirty Tears of Maximun R&B (1994), contenía mucho material inédito, incluyendo tres singles que fueron parte del proyecto, en algún momento dado: Let’s See Action, Join Together y Relay. Es un largo recorrido, es un puzzle, es la obra de una vida, es lo mejor que tiene The Who; cincuenta años ya. 

 

 

Sobre George

Politólogo, melómano, escritor...

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