Lucifer – IV (2021)

Lucifer IV

A esta banda la vengo siguiendo desde un inicio porque me gustó mucho el primer disco. Rock clásico con referencias satánicas, ahora le dicen doom, y tiene todo como para seducirme. Hasta el nombre es atractivo y yo feliz, me dejo cautivar por esta devoción satánica. Una portada sugerente y cuarentaicinco minutos de música, muy bien logrados. Ya están llegando a su madurez musical; cada disco me sorprende más. Me gusta la atmósfera que crean, un cierto aire terrorífico, una forma inusual de comenzar un disco, un solo, una guitarra y esa batería demencial, luego la voz ya característica de Johanna Sadonis, que por cierto tiene una gran presencia escénica.

Es el espíritu de los setentas, la fuerza de Black Sabbath y el carisma de Coven, es un equilibrio perfecto y Crucifix (I Burn for You) es el hit 2021. Mucha música estos meses, muchas bandas que sigo y admiro, han sacado discos, me es difícil seguir el paso; y todavía falta para que termine el año. Lentamente nos vamos recuperando, aunque de este lado del mundo nos obsesiona mirar al abismo. Andamos un tanto retrasados en el calendario de calamidades, usualmente comienza en octubre, pero acabamos de desatar las llamas del infierno. Con todo, como suelo decirlo de manera casi obsesiva y quizás paranoica, es un gran año y un gran año para la banda, es un muy buen disco. Desde que salió, lindo he estado rockeando. 

Buenos fraseos, una excelente sección rítmica y solos memorables, un clásico instantáneo. Bring Me His Head, es otro temón; siento escribir de manera coloquial, pero no puedo contener mi emoción. Música ideal para organizar orgías, no tan sangrientas como las de Debauchery, pero  podemos bailar alegres con un cuerpo decapitado, como suelen hacer los malvivientes, aquí en América Latina. Aquí las historias de terror son ciertas, te duermes en el minibús y es probable que despiertes sin un riñón. Son parajes sórdidos, donde todo es posible, donde se vuelven reales las pesadillas más execrables. Podemos bromear, porque el humor nos confiere libertad, distancia crítica para poder analizar. 

Finalmente lo lograron, es el álbum perfecto; esos teclados al inicio de Mausoleum, ya se ganaron un pequeño lugar en mi corazón. Esta es la noche del sacrificio, que arda todo, profanemos las tumbas, regocijémonos en el olvido; ya nada importa, solo la música mantiene los márgenes de mi realidad. Si tenemos que arder en el infierno, por lo menos lo haremos bailando. Total, una herejía más o una menos no cambia nada en la eternidad. Cold as a Tombstone,  la banda rescata lo mejor del rock, le da un giro propio, y tiene un espíritu muy festivo, lo que contrasta con lo sombrío que son algunas letras; me encanta. Es el renacer del señor oscuro y están a unos pasos de convertirse en un fenómeno de masas; si Ghost pudo hacerlo, Lucifer también, les hace falta elaborar un espectáculo. 

Tiene fuerza, tiene ritmo y esta pequeña banda europea puede conquistar el mundo. El piano en Nightmare, el da un toque especial a la canción y en todo el disco, lo que más destaca es el aporte musical de Nicke Andersson, esa batería suena genial. Solo déjate llevar por la música, ponte de rodillas y ríndele culto a nuestro señor Lucifer. Al fin y al cabo no dejo de ser un viejo rockero, es el sonido de mi adolescencia, después llegó el metal; momentos de revelación, de angustia, de ira y tormento, ahora escribo alegremente, contemplo esto desde mi torre dorada, desde la comodidad de mi vida y me digo que es un buen momento para existir. Ceremonia satánica, congregación de almas en pena y desde aquí observo como se incendia el horizonte. La misma furia; no hemos aprendido nada y ahora con certeza nos caeremos de cabeza. Pero nada importa mientras haya música.

 

Sobre George

Politólogo, melómano, escritor...

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