Ulver es un enigma, por lo menos lo es para mí, no se encuentra dentro del espectro de la música que suelo escuchar, yo que siempre me cobijo en un sonido más convencional. Muchas de estas bandas, las que se originaron en la escena blackera nórdica, han evolucionado de tal manera, hasta alejarse por completo del metal. Vanguardista en el sentido más amplio del término, el Perdition City es un hito, y es uno de los mejores discos de los años dos mil y no se asemeja en nada a ningún otro álbum, por lo menos desde mis conocimientos restrictivos. En ese entonces no estaba listo y ahora lo asimilo mejor. Nunca le presté la atención debida y recién caigo en cuenta con el Messe, y quedé fascinado por la forma como el disco fue concebido: es música en vivo sin ser un disco en vivo.
La misma técnica fue utilizada en el ATGCLVLSSCAP, cómodamente rebautizado, como the Zodiac Album. Son cintas en vivo trabajadas en estudio. En 2014, la banda anunció once fechas en Europa, como una forma de experimentar en escena, variaciones sobre motivos musicales. Una forma libre, muy similar a la estructura de los discos de Miles Davis en los setenta: Dark Magus, Pangea, Live-Evil, entre otros; son improvisaciones luego editadas corregidas e incluso regrabadas en el estudio. Es el eco de la ya olvidada era analógica, en la cual se cortaban y pegaban las citas a mano, en un aparatejo que requería un amplio conocimiento técnico. Hoy en día es un poco más sencillo, pero no deja de ser una tarea bastante minuciosa.
Si el Zodiac, tiene una cierta luminosidad astral, el Drone Activity, es una viaje a la oscuridad; grabado en un galpón, es una larga improvisación, trabajada y estructurada en estudio. El cometido primordial de ese disco era explorar sonidos, la manera como la música interactúa con su propio ambiente, utilizando la acústica natural del lugar. Por eso tiene un sonido tan denso y profundo. El abismo de los océanos, ahí donde civilizaciones enteras se perdieron. Teoría y práctica de la música, Ulver no es de esas bandas que salen de gira, hacen apariciones esporádicas, por ello sus discos son sumamente complejos, no están ceñidos por ninguna restricción. Y este experimento sigue la estructura de una forma libre; es una experiencia única, hipnótica, una fecha, un lugar, una sesión que mantiene la espontaneidad de un disco en vivo.
Enter the Void, lleva muy bien su nombre, con un claro ambiente drone, me imagino al público agarrado de su silla, sintiendo esta vibración cósmica. Es un sonido que oprime tu conciencia, hasta convertirte en uno con la música, sientes esta vibración en tu interior. Flotando en la inmensidad, qué manera de comenzar; un estado de trascendencia. La música nos va cautivando, va cobrando sentido, se define y nos dejamos llevar por le ritmo, Aeon Blue. Esto hay que disfrutarlo, es una verdadera obra de arte y aunque digan que la música contemporánea es basura y que las obras de arte no significan nada, tales afirmaciones solo encubren ignorancia. Pese a todo, disfrutemos nuestra breve existencia, no hay tiempo para amargarse.
Bounty Hunter. Cinco secciones, aunque esto en realidad es un sola canción; de las mejores experiencias de la vida. No todos podemos asistir a los conciertos, la memoria es frágil y todo se destruye con el tiempo, esto queda para el recuerdo, y puedo volver a sentir esta emoción una y otra vez. Es mi pequeña posesión, un instante en el tiempo, un momento en el cual siento paz y soy feliz. Es una banda, haciendo lo único que pueden hacer, dejar fluir a la música, poseídos por la inspiración demoniaca. Un cambio en el ritmo y en la sección musical, es muy obvio en A Fearful Symmetry, fiesta bailable para metaleros. Y cuando la voz se asoma es imposible contener la emoción.
La música es un ente orgánico, cobra fuerza y adquiere vida propia, se zafa de los márgenes de quienes la crean, es un estado de trance, en el cual uno sigue el impulso, se guía por el entorno y la música va cambiando, adquiere nuevos matices, es parte de la dinámica en escena. Usualmente, las bandas conocen bien su repertorio y el fan conoce la estructura de cada concierto, la forma como las canciones van progresando. Aquí uno entra a ciegas, reconoce algunas formas; titubeas al inicio, pero cuando ingresas ya no hay marcha atrás, es la comunión completa y total entre el público y la música, eres parte de un momento, un proceso creativo que nace de manera espontánea, ahí frente a tus ojos. No en vano fui hombre, no en vano fui dios. Yo prefiero está faceta de la banda, libre y altamente creativa. The Long Way Home.