Esta es una de las bandas más interesantes de la escena contemporánea; con esa mezcla casual entre jazz y black, ha logrado construir un sonido y un misticismo muy característico. Ya el primer disco, pone las bases de todo este ideario musical, el segundo es pura fuerza bruta, uno de los discos más pesados que he escuchado, y el Machi lo recomendó en su momento, si mal no recuerdo. La memoria es frágil y el tiempo pasa volando. De veinteañero despreocupado a treintañero moderadamente exitoso a cuarentón amargado, es solo un vertiginoso paso. Y aquí estoy, haciendo lo mismo de siempre: compartiendo un poco de música. Cinco discos, uno en vivo y un par de EP, es un catálogo bastante sólido. Neoyorkinos locos, Krallice viene de la misma escena y es la otra banda más interesante en este momento.
Chump Change
Esta primera canción tiene un verso muy potente: Everyone is for sale y su complemento perfecto: Welcome to New York. En qué otra ciudad, se puede apreciar de primera mano, la decadencia del capitalismo tardío, como algunos lo llaman con cierta vanidad. A nivel musical la batería explota sin previo aviso y te pone en onda. No hay mucha información sobre el disco, pero Colin Marston, una de las cabezas de Krallice y músico prolífico de la escena neoyorquina, figura en los créditos. No estoy seguro si él toca como invitado o solo agrega algunos complementos; ese estilo devastador en la batería está muy presente en Krallice, aspecto que me sedujo desde el primer momento. La comparación entre ambas bandas se impone por sí misma, son disonantes, las guitarras se mueven de manera independiente, y a medida que va avanzando la canción se vuelve caótica. Pero algo que sobresale en Imperial Triumphant, es el bajo, esa manera de golpear las cuerdas es única. Y todo esto, me hace recuerdo al Pink Floyd de los primeros discos, esa fase experimental y ruidosa. Pero también tiene mucho de la estructura del free jazz, y siempre pienso en la etapa eléctrica de Miles Davis, esos discos salvajes: Pangea, Agartha y Dark Magus.
Metrovertigo
Plutocracia refinada, babilonia moderna, epicentro del capitalismo; es Nueva York. Cómo será vivir en una ciudad tan colosal. La Paz es un pueblucho, aquí solo hay una política electoralista mediocre y mucha cocaína. Suena con la misma fuerza que una orquesta desafinada y perversa, luego la canción se va transformando en un doom experimental, un círculo intenso que comprime tu pecho, y cuando entra el piano te agarra desprevenido. Definitivamente es de las cosas más interesantes que he escuchado últimamente y se posiciona firme, entre los mejores discos del año. Toda esa gama de sonidos saturados, le dan mucho cuerpo a la canción, en todos los parlantes se destacan pequeños detalles, sonidos casi imperceptibles de fondo, voces y agobio. La batería nunca baja el ritmo, es la fuerza tentacular; son los coros, es la puesta en escena, esta es una sinfonía maligna, es casi imposible no asociarlo con la música clásica, con todas esas corrientes que surgieron a principios del siglo XX, y solo buscaban destruir los pilares sagrados de la música, de esa forma de arte mayor, doblando las estructuras hasta hacerlas irreconocibles, hasta herir tus sentidos, ofender tus gustos, irritando a aquellos que se creen cultos.
Tower of Glory, City of Shame
All is grand, All is great; es una descripción bastante certera. Es la vanidad de una ciudad grande, culta, con sus espectáculos altisonantes y su escena metalera vanguardista. Es la capital de las finanzas, pero en los bares se hace este tipo de música. También está Broadway y los Avengers; Kiss también nació en esta ciudad. Podemos glorificar sus virtudes y vicios. La forma como inicia la canción, rompe por completo la estructura del disco; es como en las cintas que grabábamos, en un tiempo muy remoto y a veces permanecían los restos de una grabación anterior. Es el parlante vetusto de una radio antigua, tal vez una ligera evocación a los años treinta, cuando todos vaticinaron la inexorable caída del capitalismo hosco. Luego, un fraseo más convencional, esa batería brutal, algo de jazz eléctrico, un ritmo propio del doom y cuando la voz entra, hasta le pillo algo de funk. Pero la estructura central de todas las canciones es la batería. Un silencio, y nuevamente entra esa orquesta turbia de fondo, como una suerte vals decadente. Las salas de baile, el espectáculo mundano; es la ciudad del caos armónico, donde todo es grandioso, donde todo encaja, incluso las aberraciones humanas ¿cuántos secretos alberga un edificio? ¿cuántas vidas? ¿cuántas humillaciones? Panorama general de una ciudad y en sus entrañas está el transporte público, su rostro visible, ahí mora lo que las guías de turismo intentan ocultar, el baño de realidad, la plaga humana con todos sus defectos. Nada más revelador que un metro.
Merkurius Gilded
Nueva York encarna el sueño americano, es la puerta de entrada a la opulencia y al derroche, hacia la gloria o la fama, es la tierra de oportunidades; es la ciudad dónde prosperaron planes visionarios, modelos de negocios. Es una ciudad llena de abogados, administradores de empresas y financieros especulando en la bolsa. Ahí se regula el mercado; no deja de ser mi visión caricatural, mi única realidad es mi cuarto, aquí yace mi vida y me siento incómodo en el mundo externo. Detrás de un semblante sofisticado, mora la brutalidad. A nivel musical, es la continuación de la canción anterior, pero el saxofón de la da un aire demencial; en medio del caos más absoluto, ese saxofón vibra en las profundidades arcanas de un sonido que rebasa todas mis expectativas. Muy avanzados. Otro nivel. No deja de ser una muestra de vanidad intelectual; son músicos con un perfil muy alto, agarran una estructura y la llevan al límite de lo concebible y yo quedo azorado, bastante complacido. Estoy dispuesto a proclamar fuerte y claro que esto es música, todo lo demás es demasiado simplón. Por eso me aburren las narraciones planas, prefiero un texto que desafíe mi capacidad intelectual. Cualquiera puede escribir una historia boba y plana, es más difícil encontrar un estilo, una manera peculiar de estructurar la frase.
Death on a Highway
Hace mucho tiempo atrás, leí Manhattan Transfer de John Dos Passos, ahí Nueva York es el personaje principal; es la máquina codiciosa que se alimenta de la gente, la tritura como carne molida. Esa ciudad necesita sacrificios: las minorías, los incautos, las mujeres; todo sea con tal de construir la ciudad del mañana, la opulencia y la arrogancia de un sistema que se percibe a sí mismo como el pináculo evolutivo de las sociedades humanas. Buy now and Shape the land / Life is profit, Death is liquid; desde el punto de vista musical, es un jazz maléfico caótico, luego la canción vira hacia un fraseo y detrás se yergue soberbia Nueva York. La canción es esencialmente inarmónica, le da un aire tétrico a esa ciudad, en cuyas calles moran todas las contradicciones humanas Las referencias a Babilonia tienen un ligero fraseo oriental, y es lo que más me sorprende de este disco: las capas musicales con las que está construido. En la inmensidad del caos, se yergue, casi solitaria una nota que se vuelve melodía, y ésta es aniquilada por la brutalidad. No hay esperanza en la ciudad del dinero, no hay esperanza en un mundo en el cual lo más importante es consumir. Y del otro lado nos venden promesas que se tornan pesadillas; es la era de los vendedores de humos, de los farsantes y de la fatuidad.
In the Pleasure of their Company / Bezumnaya
En estas dos canciones no hay letras, pero seguimos en ese jazz tétrico, muy similar a lo que Santana hacía en su etapa experimental. También me hace recuerdo a la Mahavishnu Orchestra y a Soft Machine, es el mismo nivel de locura. Lo que hace el bajo es realmente excepcional; no solamente son músicos de alto nivel, están expandiendo las barreras de la música. No quisiera sonar como un viejo amargado, pero en comparación, la música que está de moda y que mis estudiantes escuchan, y con ello contaminan las redes sociales, parece de una simplicidad infantil. Aunque el rock and roll, también fue criticado por las mismas razones. Esto es música complicada y muy bien ejecutada, lo que también la vuelve hermética. La segunda canción instrumental, va por otro lado, más jalando hacia ese rock progresivo de corte espacial. Ponte a volar, enciende un cohete y déjate llevar. Esa diversidad, es particularmente atractiva, con esos toques experimentales, más cercanos a la música concreta. Revolution 9 en el infierno. Es un disco muy turbio, muy original y por eso mismo me gusta; hasta me hace recuerdo al culto Sith, en esa película que todo el mundo aborrece, le faltaba un toque real de maldad. Una dosis de creación, un momento de gloria, una nota roca; la distorsión.
Maximalist Scream
Diesel philosophy, es el mundo en el que vivimos y Nueva York es la cruda expresión de esa realidad que llena de orgullo a los hacedores de milagros, los reyes de la bolsa, los brujos de las fianzas. Fortunas, pero también grandes derrotas, lujos y excesos; suicidios. En un instante lo puedes perder todo. El gran Satán no es el capitalismo, ni su alternativa hosca, el verdadero enemigo es la vanidad. Y aquí volvemos al metal, a esa forma agresiva y violenta de enfrentar esto que supuestamente es real. Pero es el metal extremo contemporáneo, y tiene la misma fuerza que me dejó tan impactado en Sumac; en su momento, fue la cosa más pesada que escuché en mi vida. Esto no es tan pesando, pero mantiene esa estructura: llevando al metal por nuevos y majestuoso senderos. Más allá de lo imaginable, más allá del canon establecido. Es el reflejo altivo de lo sublime. Hay que decirlo cuántas veces sea necesario, qué gran disco. Qué cosa tan extraña y fascinante. Estas son las cosas que escucho, son las cosas que me hacen pensar y me hacen decir, aunque con cierta amargura, es bueno vivir.