Bonjour Tristesse (buen día tristeza) es una banda ombm o en este caso autodenominada anarchist black metal de un individuo –obviamente anarquista- de Bavaria, Alemania, llamado Nathanael (también en Heretoir). Quien encuentra la manera de darle un toque relativamente fresco a Your Ultimate Urban Nightmare y así darle un poco de vida al black metal urbano pese a que bandas precursoras de esta movida como Amesoeurs o Nachtmystium estén concluyendo ciclos.
Cuando un artista de este tipo está involucrado en un estilo de vida militante, es seguro que la música va a tener un contenido interesante, muchas veces radical y esto es lo que generalmente buscamos los metaleros. Es en este sentido y cuando uno piensa que lo ha visto todo, que se encuentra con que existe el movimiento straight edge (corriente que Nathanael sigue) que es “un estilo de vida y un movimiento que se inició dentro de la subcultura del hardcore punk, en la cual, sus seguidores hacen un compromiso de por vida para abstenerse de beber alcohol, fumar tabaco y consumir drogas…”. Entonces uno cae en cuenta que este es un comportamiento radical para los estilos musicales que disfrutamos, para los estilos de vida que llevamos y se torna interesante.
Hablando de bebida (inevitablemente), si esto fuera un vino tinto (podría ser inclusive francés por el nombre de la banda) y suponiendo que yo fuera un catador, manifestaría que en efecto Your Ultimate Urban Nightmare tiene una filosofía hardcore, una base post-punk, un adorno post-rockero y un fuerte retrogusto musical de depressive black metal. Aunque es verdad que el epílogo del disco no es tan “triste” en concepto. Al final de la última canción – The End of the World– llega un punto de renacimiento, un final “feliz”. Es como una descripción gráfica y paradójicamente esperanzadora de lo narrado por los Khôdara en Ossify, de acuerdo con el el último artículo de Machi. Entonces de repente el fin del mundo no es tan malo sino una especie de solución…
Es un disco de black metal que lleva el espíritu contestatario del hardcore y que despliega su melancolía a partir del análisis de diferentes tipos de externalidades negativas que implica la vida moderna, urbana. Además de siete canciones con buenos riffs, el álbum contiene dos interludios instrumentales que se forman de exquisitas composiciones en piano y que ayudan a respirar al disco.
Musicalmente no es algo totalmente revolucionario, pero es lo suficientemente bueno como para recomendarlo. Tal vez el depressive black metal no te termina de cerrar porque es demasiado introspectivo; sin embargo, estás buscando un pedazo de black metal melódico que te satisfaga un tiempo, que te acompañe a tragar el día a día, gris y cotidiano; pues puede que tenga el disco para ti: