Corre el año 1964; las tropas Estadounidenses comienzan su masivo despliegue en un empobrecido país de indochina. Después de aproximadamente 5.3 millones de muertos y una década de sangre, la guerra de Vietnam se apaga como el napalm que cubrió más de uno de sus pueblos.
25 años después es lanzado el álbum Agent Orange, un grupo alemán retoma el horror que para muchos solo se puede conocer a través del celuloide. Una década después y empezando el nuevo milenio, Sodom y su disco M-16 nos recuerda el estruendo de la metralla que sacudió los túneles donde el Viet Cong se atrincheraba para devorar los pies norteamericanos. Un disco que es alabado como una de las piezas maestras dentro del thrash alemán, en donde ningún tema deja nada que desear. Riffs que detonan una inquietante fascinación por descubrir que se siente apretar un gatillo, gritos que podrían ser confundidos por llamados de auxilio de alguien herido, o que comandan saltar sobre una mina.
Hay una cierta sensación de masoquismo al escuchar cómo se describen las atrocidades que esta guerra trajo para tantas personas. Como diría algún sabio desde las sombras: la suciedad de la naturaleza humana reside en la bajeza de su origen
. Más allá de lo poético que lleva al hombre a escribir sobre la miseria de sus pares, está la ineludible verdad que se esconde detrás de las líneas que componen las letras de este álbum.
Como en alguna entrevista donde se les escucho diciendo: Si no puedes hacer nada al respecto, grita sobre ello
. Con este álbum Sodom adjunto a su ya amplio repertorio una razón más para ser catalogada como una de las grandes bandas del thrash internacional.
Para poner un mórbido y sarcástico moño al disco, la banda coverea a la icónica banda sesentera The trashmen, interpretando el tema que marcaría un referente en la filmografía yankee sobre Vietnam y asociados. Esta versión de Surfing bird puede ser risible, pero hay algo en el ritmo repetitivo y el constante papaumamama de la canción que hace que sea perfecta para finalizar el álbum. Es imposible escuchar el tema e inmediatamente no pensar en la escena de Nacido para Matar (Stanley Kubrick), donde un marine norteamericano ametralla a un grupo de vietnamitas para luego aparecer en una casual entrevista televisiva en medio de un bombardeo. Las contradicciones de la guerra, como en este disco, se ven plasmadas por lo insensible y cómico que pueden resultar ser; como la rasposa voz de Tom Angelripper, repitiendo una y otra vez The bird is the Word
.
Algunos consideran que el thrash metal ha sido refritado demasiadas veces en la actualidad, y creo que muchas veces puede deberse a discos como este. La inspiración de parecerse a Sodom puede llevar a nuevas bandas a ser poco originales. Con baterías de una categoría atómica, riffs estrangulantes, voces convocantes a la violencia poética y temáticas de índole histórica suman uno de los álbumes que a más de uno nos hacen recordar que la realidad puede ser más grande que la ficción y que muchas veces, no es nada bonita.
muy buena reseña, después del Agent Orange, este es el mejor disco de Sodom
Hola, he sido un Sodomaniac desde que escuche el Persecución Manía haya por los 80s y me siempre he creído que el álbum Agente Orange ha estado siempre sobrevalorado en la amplia discografía de Sofom. Fue el álbum más vendido, e incluso entro en las listas de ventas.. más en mi opinión el cénit artístico de Sofom es la última etapa de Chris Whichhunter, los álbumes Better off dead y Tapping the vein, y conste que amo todos sus trabajos. Un saludo.