Crippled Black Phoenix – Great Escape (2018)

Crippled Black Phoenix – Great Escape

Musicalmente, el octavo disco de esta tremenda banda inglesa, liderada por Justin Graves, es como bien se presentan en las imágenes del arte que acompaña a esta música… etérea, compleja, emocional, melancólica.

Crippled Black Phoenix – Lineup 2018

Una banda que vengo siguiendo desde hace unos años ya, y que trabajo a trabajo, noto que van desarrollando naturalmente el monumental sonido de discos como “I Vigilante” del 2010 (uno de mis favoritos), o del “200 Hundred Tons of Bad Luck” del 2009, o inclusive el “Bronze” del 2016. Todo su rock progresivo y cierta psicodelia (con Pink Floyd como faro); muy cargado de post rock (Mogwai aparece siempre, de hecho en el primer line-up de la banda estaba el bajista de los afamados escoceses, Dominic Aitchison); con cierto doom proveniente de las bandas en las que Graves tocó batería como Iron Monkey y Electric Wizard. Finalmente música, instrumentos y sonidos de diferentes lugares de la tierra, dejando una interesante paleta para crear.

Crippled Black Phoenix siempre fue una banda con discurso, la música bien armonizada para dar rienda a sus baladas del fin de los tiempos como ellos mismos indican, donde ya sea a manera de denuncia, crítica o alabanza, CBP tiene muy claro de cómo van las cosas en esta sociedad y con la propia naturaleza humana. Con la idea clara de que el arte debe incomodar a los bien acomodados y confortar a los incomodados como dicen por ahí.

En este “Great Escape”, los ocho músicos que componen actualmente su lineup, se encuentran en un gran momento compositivo, en las 12 canciones del disco, dan rienda suelta de manera natural y sin fallas toda su experiencia como músicos y principalmente como banda; lograr eso en un disco no siempre es fácil pero acá como en un gran escape todos terminan saliéndose con la suya.

Todo el disco posee una atmósfera indiscutible y muy propia de la banda, con canciones llenas de capas de sonidos y melodías que empiezan despacio y lento y luego van cargándose hasta su clímax y finales épicos.

La parte rítmica de Tom Greenway en el bajo, el propio Graves y Ben Wilsker en la batería, muy preciso y cadencioso; las guitarras con mucho poder, con un Jonas Stålhammar violero de At the Gates que se sumó desde el “Bronze”; las estupendas voces de Daniel Änghede, Belinda Kordic y Helen Stanley y toda su melodía acompañada de las teclas de Mark Furnevall, hacen de este disco uno de los mejores de su discografía y uno de los mejores discos de este año. Bravo y Gracias.

Great Escape – Artwork

Creo que la melancolía es, en suma, un problema musical: una disonancia, un ritmo trastornado. (…) Pero por un instante –sea por una música salvaje, o alguna droga, o el acto sexual en su máxima violencia-, el ritmo lentísimo del melancólico no solo llega a acordarse con el del mundo externo, sino que lo sobrepasa con una desmesura indeciblemente dichosa; y el yo vibra animado por energías delirantes

Te lo estoy cuidando como oro el libro querido Chelo… Gracias…