A finales de los 90’s, la escena metalera paceña contaba ya con referentes en varios estilos y ahí, llegaba Pantano proponiendo una opción para aquellos seguidores del hardcore. Su único álbum Hacia el Origen, fusiona el estilo vieja escuela con influencias metal y punk, convirtiéndose en un legado de una de las bandas más representativas en el país.
Si la memoria no me falla, el año 2000 en una de esas batallas de bandas de rock que organizaba el Equinoccio*, vi por primera vez a Pantano. La verdad fui porque un amigo me dijo que tocaría Svasthika (banda paralela de Viko Paredes, guitarrista de Alcoholika) y me interesaba debido a los comentarios en la escena underground. Era la fecha final de la competencia que comenzó con Quirquiña (me guardo los comentarios), prosiguiendo Svasthika con una performance bastante buena, sin embargo, lo mejor quedo para el final con Pantano de quienes no tenía idea de su existencia, ni mucho menos del estilo que tocaban.
Culminada la presentación de Pantano puedo definirla con un solo adjetivo: “impresionante”. Si bien la escena metalera, sobre todo paceña, contaba con referentes como Hate, Subvertor, Scoria dentro de sus respectivos estilos musicales, por nombrar solo algunos, Pantano presentaba y proponía otra opción para aquellos seguidores del verdadero estilo hardcore. Siendo este un género, propiamente dicho, que se caracteriza por una “no muy alta sobreexplotación” en la virtuosidad de sus músicos, la banda presentaba gran solidez y nivel de ejecución musical; tanto en los instrumentos como en las voces. Esa noche ganó Svasthika y Pantano se quedó con el segundo lugar, sin embargo, desde esa primera presentación me convertí en un seguidor y fanático de la banda, tratando de ser partícipe de todo concierto en la que se presentaba.
La banda estaba conformada por los hermanos Delgadillo (Jimmy, Jampi, Chris y Diego), Javier Duŕan y Stephen Lauck. No fue hasta un año después, 2001, que salió a la luz el tan ansiado por muchos, primer y único álbum de la banda, titulado Hacia el Origen, que para fanáticos como mi persona no decepciono en lo absoluto. El disco en líneas generales presenta una propuesta hardcore, no obstante, no podría catalogar ni limitarme a decir que todas las canciones presentan una estructura enteramente del estilo vieja escuela, ya que más de un 50% del álbum contiene influencias metal, por lo que me animaría a asegurar que estamos ante un disco de hardcore crossover, que ofrece temas al más estilo hardcore punk como otros con una clara tendencia metal hardcore. Si bien me parece odioso hacer comparaciones o similitudes con otras bandas del estilo, la propuesta de Pantano va por el sendero de un hardcore más neoyorquino, que se asemeja a bandas como Madball, H2O, Sick of it all, Agnostic Front, Biohazard, Stigmata, solo por mencionar algunos.
Ya introduciéndonos más en las canciones del álbum, podría dividir el disco en dos bloques: los temas que van por la vertiente más clásica del estilo hardcore old school, con rasgueos punk, una batería rápida y una velocidad e intensidad rítmica. Temas como Poder, Kimsacharani (de hecho, mi canción favorita del disco), Ley y No Sin Furia, son canciones que van directo al grano y sin rodeos, con una duración que no supera los dos minutos y medio, una característica propia del estilo, temas cortos.
Por otro lado, tenemos a las canciones del otro bloque, temas que se proponen como un híbrido de varios estilos, influencias y tendencias, que los podría catalogar dentro del estilo metal hardcore. Canciones como Pantano, Flawless Victim, Vamos a Ver, Prepárate o Ira. En estos temas se presenta una batería más técnica con muchos más cambios, con la incorporación de más redobles, mayor uso de la doble pedalera y más arreglos, como en el caso de la canción Ultratumba donde se agregan blast beats. Con respecto a la guitarra hay una notoria implementación de solos y rasgueos más thrasheros y uso de breakdowns en estas canciones. Otro aspecto que sobresale es el bajo que de hecho predomina bastante en el álbum y le da una clara pesadez, además del uso constante de slaps en varios temas, como en la canción Vamos a Ver.
Con relación a las voces, estamos frente a dos vocalistas, una de ellas mucho más rasposa y gritada, y que en varios fragmentos de las canciones utiliza una vocalización muy similar a Roger Miret de Agnostic Front. La otra voz es mucho más limpia y armoniosa, destacando una evidente complementariedad de ambos vocales en calidad y profesionalismo. Algo que resalto y acentúo es la implementación de partes “rapeadas” en muchos temas del disco, al más estilo Freddy Madball (Flawless Victim) e incorporación de coros con voz limpia (Dios del Silencio y Hacia el Origen). Cabe mencionar el uso del spanglish en la lírica de varios temas.
La lírica de las canciones se inclina hacia la típica temática del hardcore: la valoración del individuo y su superación personal por sobre la indiferencia y la coerción de un sistema político y social degradado. Canciones como Kimsacharani: Es la verdad, la trinidad, que yo venero, es el Kimsacharani, la voluntad, la fortaleza, y nobleza, como amigos
o en Vamos a Ver: Vamos a ver si no te rindes, si en la batalla la victoria consigues, Vamos a ver si estás atento, cuando te sorprenda un duro momento.
Claras líricas que van por la línea PMA (positive mental attitude). Se tiene también canciones que reprochan situaciones políticas como Ira:
En mi opinión es un álbum muy bien producido y con mucha creatividad musical, a pesar que estamos hablando de una grabación de hace casi 20 años, más aún en una escena underground a la que le era complicado producir e incluso llegar a un estudio. Si compartes la ideología y el gusto del género hardcore, te aseguro que disfrutarás de esta propuesta, o si simplemente te gusta el rock pesado.
Lo único lamentable es que la banda se dispersó el año 2002, actualmente solo el bajista vive en La Paz y el resto de los integrantes viven y tocan en bandas en Europa y Estados Unidos. Lo importante es que nos dejaron este único legado y aquellos que alguna vez los vieron en vivo y recuerdan esos conciertos en el Equinoccio o en el Tihuanaku Pub, estarán de acuerdo que estábamos frente a una de las mejores bandas de la escena metalera boliviana. Aprovecho para despedirme con:
* Para más información sobre el “Equi” aquí una nota de uno de sus fundadores
** Con la colaboración de Leo Meruvia y Krups Peredo en datos históricos
*** Fotografías cortesía de Diego Delgadillo y Javier Durán
Genial, yo nunca llegue a ver a Pantano, aunque el nombre sigue siendo mencionado en algunos círculos. Gracias por compartir el disco…