Agradeciendo las nominaciones para publicar cualquier lista que nace debido a la pandemia, haré una con bandas bolivianas que salen de los moldes establecidos y más bien enriquecen a la escena. Este no es un concurso de popularidad sino de mostrar el talento. El rock nunca murió, menos el boliviano. Y la música está ahí, para mantenernos vivos…
Gato Diablo es una banda de punk noise paceña que se distingue en la escena nacional por haber logrado hacer algo diferente y volverlo propio. Eso sin duda los ha puesto en la mira más allá de las fronteras y ese talento como su humor negro políticamente incorrecto es lo que muchos fans valoramos. Nunca tendremos mar un tema instrumental, es parte de su álbum La Importancia de tener un cuerpo que fue lanzado en junio de 2012. El video fue realizado por el bajista de la banda, Bernardo Rojas, quien utilizó imágenes de las películas Creature from the Black Lagoon, Ukamau, Yawar Mallku, Plan 9 from Outter Space, Donde nació un Imperio… y cintas viejas de VHS.
Este video fue seleccionado para formar parte de la exhibición Seismographic Sounds, organizada por la revista suiza Norient y realizada en 2016. Los curadores de la muestra pidieron a músicos, DJs, periodistas, y bloggers de la cadena Norient, que mandarán sus cinco videoclips favoritos de sus respectivos países. Se recibieron dos mil videos, de los cuales fueron seleccionados 24.
Aquí en Bolivia, la gente llora desde hace más de cien años por la perdida del acceso al mar. Nos educan desde niños para recuperar este territorio perdido, así que es un gran símbolo patriótico dentro de la cultura boliviana. El título de “Nunca tendremos mar”, es como decirle a la gente: “¡Oigan acéptenlo, nunca tendremos mar!”, aunque suene ofensivo para muchas personas. Con Gato Diablo no tuvimos una intención política, solo tenemos un poco de humor negro que a veces puede ser políticamente incorrecto*.
* Parte de un artículo escrito por Bernardo y publicado aquí.
Innovador, oscuro y…¿Boliviano? ¡Una gran sorpresa! Excelente recomendación para ver ése otro lado oculto no explorado de lo boliviano.