Parece increíble, que todavía sigamos hablando de discriminación e inequidad de género, como si estuviéramos condenados a repetir los mismos errores. Denigrar a la mujer, tratarlas de locas y extremistas, en esa corriente conservadora antifeministas, en boga estos últimos años, que caricaturiza las reivindicaciones y la lucha política. Hay que decirlo, porque no queda otra, ser mujer es una desventaja. Y este país absurdo, morada legal del Abismo, enfrentamos niveles de violencia alarmantes que no impresionan a nadie, es la cotidianeidad.
Nadie va a mover un dedo, ni socorrer al inocente; a nadie le importa en realidad. La feminidad sigue siendo un enigma, una injuria; un aspecto que los sociedades humanas se empecina en negar y ocultar. Rojo menstrual, el rojo que recubre todas las relaciones en pareja; convivir con el verdugo. Ser apartado o despreciado, por el simple hecho de ser mujer; es inconcebible, y sin embargo… Sarah Thawer, es una de las mejores bateristas hoy en día y no está por demás, replicar el mensaje. Es tiempo de recuperar la feminidad.