Yo tengo una relación muy particular con Iron Maiden, extrañas coincidencias. Yo descubrí esta banda entre 1993 o 1994, y lo hice con el Real Live Dead One, lo tenía cómodamente grabado en un casete, en su momento fueron dos discos vendidos por separando y en posteriores reediciones fueron reagrupados en un mismo packing. No es mal disco, pero sin duda no es el mejor. La primera impresión es la que queda, ahora con los años me doy cuenta que está muy mal editado y tampoco es la mejor gira. Bruce Dickinson ya estaba de salida, y la tensión con la banda era ya bastante palpable. Por esos años, Metal Hammer publicó un póster gigante, con Eddie the Head torturando al cantante en las profundidades del infierno, y por algún tiempo decoró una de las paredes de mi aposento.
De esa impresión, me quedó muy claro, que prefería la primera etapa, la que va de 1980 a 1985, las canciones eran más sólidas y la banda suena mejor. Impresión que no ha cambiado radicalmente, aunque aprecio mucho los discos que sacó Iron Maiden en los años dos mil. El A Matter of Life an Death es de los mejores discos de la banda, y si hay tiempo en este mundo cruel y traidor, le haré también una reseña. En ese entonces, púbero y virgen, con mi cara de niño, era bastante prejuicioso, y todo el metal de los ochenta me repugnaba un poco. Nunca fui muy aficionado al kitsch de toda esa década tan bonita y Iron Maiden encajaba bien en esa imagen, un tanto bufonesca.
Hasta el día de hoy, evito escuchar canciones como Run to the Hills, Can I Play With Madness, The Number of the Beast o incluso The Trooper, las tolero bien en vivo, pero rara vez las escucho por voluntad propia, me empalagan. En todo caso, pasó un tiempo prudente, y pude lentamente desligarme de esa imagen un tanto caricaturesca, que mi mente resguardaba en relación a la banda. Ya por el año 2000, un amigo me hizo escuchar el primer disco y quedé fascinado. Al descubrir los álbumes, se reforzó mi impresión inicial y el Powerslave es un disco perfecto de principio a fin y la gira, el World Slavery Tour, es apoteósica y el testimonio de ese momento, el Live After Death, siempre será mi disco favorito de Iron Maiden. No importa cuántas veces lo haya escuchado, lo seguiré haciendo por el resto de mi vida.
El disco arranca de la mejor manera posible, con el discurso de Churchill del 4 de junio de 1940, directamente encadenado con Aces High que hace referencia a la Batalla de Inglaterra, la batalla aérea más grande de la historia. Es un momento crucial para la humanidad y la canción tiene todo lo que me gusta en Iron Maiden. Adoro como Bruce Dickinson canta, con esa fuerza y ese tono operístico, adoro los coros de Steve Harris y de Adrian Smith, resaltan la voz de Dickinson aún más; me encanta el sonido de las guitarras y la manera como los solos se enganchan, es lo que siempre me atrajo en la banda, ese equilibrio entre ambos guitarristas. Y este sonido, cristalino, en el cual todos los instrumentos resaltan, es obra de Martin Birch. Niko McBrain es de los mejores bateristas, tiene una forma muy peculiar de rellenar los vacíos en las canciones y Harris, es el cerebro, el compositor principal, y canta fuera del micrófono, un aspecto visual que también valoro, es fan de su propia banda.
Gran parte del carisma de este disco radica en el sonido, Dave Murray en el canal izquierdo y Adrian Smith en el derecho, solo ese detalle es fenomenal. 2 Minutes to Midnight, es de esas canciones super trilladas que comienza con el riff de Smith, pero esta es una de las primeras canciones con las cuales Maiden me cautivó, sigue la fórmula de la anterior, y se mantiene en la temática bélica, ahora situado en el contexto de la Guerra Fría, consecuencia directa de la Segunda Guerra Mundial, me gusta mucho esa idea de tomar eventos históricos y convertirlos en canciones; es necesario decirlo una vez más, el trabajo de las guitarras es colosal, se complementan muy bien. Yo diría que es la mejor dupla en el metal, cuando Janick Gers entra a la banda, ese equilibrio se rompe, es un gran guitarrista, pero funciona mejor ahora, con los tres intercalando solos.
The Trooper, debo decir que nunca me gustó la versión en estudio y el Piece of Mind nunca fue de mis discos favoritos, seguro al Dieguex le dará un patatús, pero hay que decir las cosas como son. Es una canción que funciona muy bien en vivo, aunque prefiero las versiones recientes con Gers y Smith tocando al unísono. Lo que destaca, en el Piece of Mind, es la batería, primer disco con McBrain, y la banda dio un giro hacia la grandeza. Seguimos en la temática bélica, pero esta vez la canción hace referencia a la Batalla de Balaclava 25 de octubre de 1854 y que culminó con la destrucción de la Brigada Ligera, la canción refleja muy bien la desesperanza en el campo de batalla, la cabalgata al infierno.
Revelations tiene otra temática, y es la primera canción compuesta por Dickinson, con una clara propensión religiosa, que encaja bien en en la iconografía egipcia del Powerslave, aunque la canción fue grabada para el Piece of Mind, ese álbum tiene muy buenas canciones y está bien representado en el Live After Death, pero no me gusta como suena, algo no termina de encajar, aunque lo seguiré escuchando, de manera insistente en los días siguientes. Mis percepciones iniciales no han cambiando mucho, aunque las versiones del 2015, tienen otro sonido, y detalles que no recordaba. Es algo muy raro, uno nunca termina de conocer estos discos, y ahora los aprecio aún más.
Flight of Icarus, es otra de esas canciones que funcionan muy buen en vivo, me encanta como la voz de Dickinson sobresale en los coros, la manera como llega a los agudos y el verso final, en el cual muestra todo el poder de su rango vocal. Aquí es la mejor banda del mundo; aprecio mucho el trabajo de producción, algo que no tienen otros discos en vivo, y hay bastantes de donde escoger, aquí cada instrumento prevalece por su propia fuerza. Las dos guitarras separadas, en canales paralelos, la batería y el bajo en el centro, aunque la batería va de un canal a otro y por encima de esto está la voz, que engloba todo el sonido, lo cierra sin comprimirlo. Me fascina, tan simple como eso; en las grabaciones más recientes, las guitarras tienden a mezclarse, y la de Smith suena opaca y distante, lo que me incomoda bastante; aunque tengo que seguir escuchando. Y por cierto, esta canción, es una alegoría de la altivez.
The Rime of the Ancient Mariner, es sin duda mi canción favorita de Maiden, las armonías entre las guitarras son perfectas y por más que Dennis Stratton afirme que él las inventó, definiendo el sonido, aquí funcionan bien. Hay muy pocas grabaciones con Stratton, pero en el poco material disponible, las guitarras tienen una ligera disonancia, y por eso mismo lo botaron. Lo que siempre me gustó en esta canción es la forma como las guitarras funcionan de manera muy independiente, equilibrando el sonido. Tiene los mejores fraseos, una dinámica interna muy fuerte, adoro como la canción cobra fuerza, después del interludio, con las explosiones y la puesta en escena. Para mí es la mejor, seguida muy de cerca por Sign of the Cross (la versión con Dickinson), seguida por When the Wild Wind Blows, seguida por The Book of Souls y seguida por Phatom of the Opera. No sería una mala idea hacer un Top 20 de las canciones de Iron Maiden. Es narrativo, mitológico y poético: hay que amar a todas las criaturas del Señor.
Lo que sigue es la parte final del show y que no ha cambiado mucho hasta el día de hoy; comienza con Powerslave, y la ya legendaria máscara de Bruce Dickinson, cuyos elementos teatrales se fueron acentuando con el paso de los años; luego le sigue la archiconocida The Number of the Beast y Hallow be thy Name, es la primera canción que llamó mi atención, porque me fascina su progresión interna. Es una de las primeras letras que intenté analizar, porque esa frase: La vida es una extraña ilusión, realmente me marcó. Si la intro, me es posible cantar, dentro de mis tonos, el resto de la canción rebasa por completo mis habilidades; hasta el día de hoy no entendiendo cómo hace y me deja atónito. Es tal vez la canción más representativa de la banda, fue el último disco con Clive Burr, en las versiones en vivo realmente se aprecia el aporte de McBrain. Ahora, la canción cierra con las payasadas de Gers, que sigue interpretando el segundo solo con una furia inusitada; es un toque por demás pintoresco y que aprecio indudablemente.
Iron Maiden, ver para creer; hay que experimentar esa energía, por lo menos una vez en nuestras vidas, uno queda agradablemente sorprendido. El set, desde un inicio, fue concebido para terminar con la canción epónima y con todo ese despliegue visual, cada vez más impresionante. La canción le da su espacio a las guitarras y el bajo, que también es un instrumento solista, y muchas veces suena como una tercera guitarra. Ese sonido crudo, medio punk, es bastante inusual en la banda, pero funcionó muy bien. Volver a ese sonido, para el No Prayer for the Dying, fue un error, y hasta la voz de Dickinson pierde fuerza. No puedes volver al pasado y consternado por el asunto, Smith se fue de la banda. Herida de muerte, La Doncella casi desaparece en los noventa. Por eso el Brave New World, fue el mejor disco en su momento, lo mejor que la banda podía ofrecer; segunda tarea, Top de los discos de Iron Maiden.
El silencio, las luces tenues, el clamor de la multitud; Run to the Hills es una canción que me gusta mucho a nivel lirico, pero es demasiado trillada, tanto así que en mi fuero interno la detesto. La canción que cierra este set, es Running Free y es una excelente manera de concluir todo esto, dándole mayor participación al público, con ese bajo golpeando ahí atrás. Es grandioso, y Dickinson, no es solo un gran vocalista, sabe moverse en escena, sabe motivar a la audiencia, y ese fue uno de los principales problemas con Blaze Bayley, la banda le quedó muy grande.
Disco dos, en al edición en CD, y no está por demás mencionar que uno de los elementos más destacados de todo esto es que hay un video, y ahora que lo veo nuevamente, está muy bien filmado, claro los colores están un poco opacos, pero el sonido y los ángulos están muy bien logrados y como por si fuera poco, tenemos un documental, muy extenso sobre la gira.
Volviendo al disco, me acuerdo bien, que para un especial de Mtv, en 1995 promocionando al nuevo vocalista, la banda interpretó en un estudio Wrathchild, era la primera vez que escuchaba esa canción y sonó muy bien, junto con Prowler y Killers, es de esas canciones cuasi punks que me cautivaron, y me dije a mí mismo: es muy buena banda, después de todo. Así comienza, el lado D en la edición original, las cinco canciones grabadas en el Hammersmith Odeón.
Otro aspecto que me gusta en Iron Maiden es que retoman viejas ideas, 22 Acacia Avenue es la continuación narrativa de Charlotte the Harlot, y tiene una tercera parte en From Here to Eternity. Son estos pequeños detalles los que me hacen feliz. En 1985, ninguna banda estaba a este nivel. Y disfruto mucho cada una de estas canciones, Children of the Damned, es una gran adición al set, junto con Hallow, es de las mejores canciones del The Number of the Beast. Es el disco más conocido, pero lo escucho muy poco, cuando lo hago lo disfruto mucho. Son las paradojas en mis fascinaciones contradictorias. Los ochentas, mi infancia, el metal colorinche, pero esto es lo mejor de ese momento, cuatro noches en Los Ángeles, la gira más ambiciosa, la mejor puesta en escena; la banda en el pináculo de su carrera, qué cosas más extraordinaria; son los mejores músicos de ese entonces, es la mejor banda.
Me gusta Maiden por esas razones, los riffs, los solos, los coros, la voz, las letras, y aunque tomé mis distancias con la banda y hay discos que no suelo escuchar, esto me pone de buen humor. Die With the Boots On, es de esas canciones que me gusta, por la manera como las voces se intercalan. Finalmente, lo que cierra esto es Phatom of the Opera, la canción que para mí lo inició todo, porque quedé muy impresionado, ahí se rompió el cliché y Maiden, es algo más que una banda de éxitos que suenan hasta el hastío. Desde luego, todos sabemos que hay tres canciones más, grabadas en esta sesión y que fueron la cara B de algunos singles, la instrumental Losfer Words (Big ‘Orra), Sanctuary y Murders in the rue Morgue, verdaderas rarezas hoy en día, son versiones que hace tiempo salieron de circulación.
Lo único que quisiera, a estas alturas de la vida, es material inédito de otras giras; las cintas existen y ojalá Maiden las saque, antes que mi vida se apague.