El desempolvadero – U.S. Christmas (USX)

Para esta nueva edición del desempolvadero, quería recomendar no solo este disco, sino a la banda misma y su relativamente corta pero solidísima discografía. Oriundos de Marion, Carolina del Norte, este grupo supo sacar (por el momento, y esperemos saque pronto un nuevo trabajo), 5 álbumes: el Bad Heart Bull del 2004; el Salt the Wound del 2006 (con el cual firmarían contrato con Neurot Recordings de los todopoderosos Neurosis); el gran Eat the Low Dogs en el 2008, el presente Run Thick in the Night, y el The Valley Path (su último disco de una sola canción de casi 40 minutos) del 2011;  en los cuales fue desarrollando su sonido enraizado en el rock psicodélico, con muchos tintes doom, progresivos, experimentales y espaciales, folk americano, blues y sludge. 

La banda, o este colectivo musical como veremos a continuación, si bien no logró el reconocimiento de una mayor cantidad de rockeros, yo creo que de hecho ese nunca fue su intención, logró cierto estatus de culto entre sus seguidores, incluidos algunos moradores del abismo, con sus espectaculares entregas, su natural evolución y sus letras relacionadas a la tierra, la naturaleza, e incluso la historia de la humanidad y donde se nota las intenciones del colectivo de manera muy clara.

Colectivo compuesto principalmente por Nate Hall en la guitarras y voces; Matt Johnson también en las guitarras y sintetizadores; Josh Holt y Chris Tomas en los bajos y efectos; B.J. Graves – también en la batería; Meghan Mulhearn en las voces y violines; Travis Kammeyer en el Hammond y los efectos; y acompañados antes por Justin Whitlow en batería y sintetizadores; John Presnell en el bajo; Scott Isenhour y Chad Davis también en los sintetizadores y guitarras; Ben Teeter en  sintetizadores; y Tim Greene en la batería; ha hecho que sus discos posean una gran cantidad de instrumentación: todo, desde violines, sintetizadores y theremines, además de las guitarras, bajos, baterías y voces.  

Así, US Christmas (USX) se especializa en improvisaciones, y estas no solo se tratan de voces o letras. Música rock grande, lejana, de pantalla ancha, cinematográfica, que suena como si se necesitaran días para caminar y entender.

USX

Run Thick In the Night (2010)

Tapa Run Thick in the Night

A lo largo de sus trece canciones, el Run Thick in the Night posee una sensación, un aura, sumamente especial, melancólica, que la banda logra transmitir con una facilidad pasmosa, también en parte gracias el tremendo trabajo del gran Sanford Parker en la producción del disco; quien logró, junto a la banda, que todas las canciones muestren una notable cantidad de coherencia y variación, que se sienta como un trozo de materia orgánica, que se levanta lenta y dolorosamente de la tierra y en el que están contenidos los sonidos de la vida misma, en el sentido más directo posible, con todas las imperfecciones que lo hacen aún más orgánico y experimental. Este es mi favorito de la banda.

El disco, con sus sintetizadores arremolinados y guitarras acústicas que se contrastan con la distorsión de las otras guitarras hacen recuerdo a Hawkwind, en interminable flujo de impresiones auditivas de volatilidad psicótica. Su atmosfera, da la sensación de montañas, de la soledad de la naturaleza y los espacios abiertos, la sensación de libertad y cierto resquemor en el alma. La importancia de las montañas Apalaches, como contexto natural de la banda, dan los tonos a las letras y a este disco en general.

Por ejemplo, y por mencionar algunos de los temas del disco; solo el inicio con la In the Night (de 13 minutos de duración), avisa de entrada como irá la cosa… Wolf of Anareta parece un jamm dirigido por los tremendos riffs. Fonta Flora es como un baño etéreo instrumental que te prepara para la maravillosa Ephraim in the Stars, un blues melancólico, que se siente empapado de whisky en todo su sonido de guitarras y voces que resuenan mientras te invitan a unirte a los cantos dedicados al espacio. Mientras que la Suzerain es como un blues desordenado y relajado del desierto, y que posee un grandioso coro. Cuando ha comenzado Maran, te das cuenta de que te has sumergido apacible y lentamente en un álbum de blues de alto volumen que evade la clasificación fácil. Deep Green, es una fuga, un escape pero en círculos. Devil’s Flower in Mother Winter es una balada corta pero hermosa; La última pista es The Moon in Flesh and Bone y termina el álbum en medio de un cielo despejado lleno de estrellas y un aullido de la oscuridad.

Un disco por demás especial, no para todo el mundo, para que el que se conecta con el mundo, y no me refiero a la humanidad que va de mal en peor, sino a lo verdaderamente atemporal. Rock psicodélico artesanal de unos verdaderos underdogs.

USX

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *