Es el disco que cierra una etapa, la más extraña en la banda; sin exagerar, podemos decir que Kiss murió en 1977. Un ritmo de trabajo demasiado intenso tensiones internas irreconciliables y la presión de la casa disquera. En 1978 ya eran una banda disfuncional, muchos discos en muy poco tiempo, Frehley y Criss estaban fundidos, necesitaban un descanso. Podían retozar plácidamente en sus laureles, guarecerse en el anonimato, volver con fuerza y dominar la década. Es muy cómodo extrapolar, pensar en lo que pudo ser y nunca será. Es un ejercicio fútil. Primer disco con Eric Carr, reemplazando al buen Peter Criss, el primer cambio en la banda y es un trauma que nunca lograron superar; diseñar otro personaje, moldearlo a la imagen del grupo, es algo que no estaba previsto. Eran los cuatro, los chicos neoyorquinos reunidos por la fuerza del destino; crisis de identidad, pero la máquina comercial no puede parar.
En su momento lo dije, nunca se le podrá perdonar a Kiss, su viraje hacia el pop. Aunque el Dynasty, exceptuando la primera canción, es un disco muy bueno, recién caigo en cuenta que lo escucho bastante después de todo. El Unmasked es otra cosa, un desatino tras otro y no tiene ninguna canción que sea relevante, ahí se confirma el viraje hacia el pop. Yace empolvado en un gaveta, casi nunca lo escucho y fue un fracaso comercial. The Elder, también va por otro lado, nadie lo veía venir; pensaron que iba a ser una obra maestra y lamentablemente dista mucho de serlo. Fue el disco equivocado en el momento incorrecto. En 1981, estamos ya muy lejos del rock progresivo; en medio del Punk y de la Nueva Ola del Heavy Metal Británico, ya no había cabida para experimentaciones rimbombantes.
Estaban perdidos, vagando sin rumbo y Frehley tenía razón, si querían recuperar algo de credibilidad no tenían más salida más que volver a sus raíces; después de todo eran dioses del rock. Los trajes coloridos, los libros de historietas, una película muy mala que protagonizaron sin asco, era más de lo que los fans estaban dispuestos a tolerar; la banda se había convertido en una caricatura de sí misma. Kiss siempre fue una banda muy cursi, pero mantenía cierto grado de autenticidad. El éxito los tomó por sorpresa y luego llegaron las patentes, podían colocar sus caras en cualquier producto. Toda banda genera mercadería, pero Kiss lo llevó al extremo. Incursionaron en todos los rubros posibles: radios portátiles, máquinas de pinball, helados, condones (lubricados con la lengua de Gene Simmons), muñecas (con imitación de cabello y siete puntos de articulación), podían hacer otra película, más seria, mejor enfocada, con una historia mejor desarrollada. Todo eso sin mencionar la enorme cantidad de discos.
En 1978 sacaron cuatro, uno por cada miembro; también salió un compilado de grandes éxitos, el Double Plantinum, disco doble por cierto. En 1977, salió el Love Gun, el último gran disco de la banda y el Alive II, disco doble igual. Era mucho material, en muy poco tiempo, ni los fans más devotos podían seguir el ritmo de producción. Al saturar el mercado, la gente perdió interés. La gira del Dynasty fue un fracaso, la gira del Unmasked se hizo fuera de los Estados Unidos, porque el disco no se vendió. Esa fue una clara señal de alerta, la banda estaba en la obligación de readecuar su identidad, tras la salida de Peter Criss. Nadie lo quería fuera, le dieron un tiempo para que ponga en orden su vida. Ese último ensayo, el momento de la reconciliación, fue un desastre. Criss ostentaba una actitud arrogante, se presentó al estudio con un atril y exigió tener las partituras de todas las canciones. Ese fue el punto final; Criss no estaba en su mejor momento, físicamente no podía seguir tocando.
Con una gira a la vuelta de la esquina, corrieron la voz: requerían los servicios de un baterista. Fue una idea de Bill Aucoin, el manager, conservar el misticismo, la banda no podía ser vista sin maquillaje. Circularon rumores, algunas fotos, el romance de Gene Simmons con Cher, fue bastante mediático y despertó el interés de la prensa sensacionalista; todos estaban ansiosos por revelar el verdadero rostro del demonio, la cara visible de Kiss. Había que preservar a toda costa la imagen del grupo y que Simmons ande confraternizando con la farándula, fue percibido como un acto de traición. De regreso a los negocios, había que suplir una vacancia. Paul Caravello, impresionó a la banda; tenía la apariencia adecuada, tenía el talento y por encima de todas las cosas, era un ilustre desconocido. Se quedó con el puesto. Lo siguiente era diseñar un personaje y un nombre a la altura de los requerimientos. Construyó un onomástico en correlación fonética con el de su antecesor, tres sílabas: Eric Carr, y conservó al temática animal, del gato al zorro, y se ganó todo el apoyo de los fans.
La banda tomó malas decisiones, su entorno se estaba cayendo a pedazos, Aucoin estaba siendo consumido por sus adicciones, ya no era el visionario de los primeros años. Casablanca Records fue absorbida por Polygram y la banda perdió parte de sus privilegios. Estaban a prueba en la nueva disquera y para darles confianza contactaron a Bob Erzin, quien produjo el Destroyer, el mejor disco desde el punto de vista de la banda; y Erzin tenía una sólida reputación, era productor de Alice Cooper y fue el productor del mítico disco de Pink Floyd, The Wall. Se barajaron varias ideas y Simmons tenía el bosquejo de una historia: un tiempo mítico, héroes, la sabiduría ancestral; el disco podía ser la antesala de un proyecto más grande, más ambicioso, podía expandirse en una película, tal y como lo hizo The Who, con Tommy, la ópera rock. En retrospectiva, todos padecían un delirio de grandeza; Erzin, Simmons y Aucoin estaban convencidos que este disco les cerraría el pico a los críticos.
Paul Stanley respaldó la propuesta, un disco conceptual sonaba bien, era una desafío personal y una oportunidad para crecer como compositor y cantante, pero Ace Frehley se opuso desde un inicio; era una locura, era un proyecto descabellado construido sobre una idea simplona. A Eric Carr nadie le preguntó su opinión, desde un inicio las cosas quedaron claras, Carr no tenía voz ni voto en la banda, nunca fue un miembro, era un mero empleado, ni siquiera lo dejaron cantar. En ese momento no le importó, estaba en la banda más grande del planeta, le compraron un Porche y estaba contento, gozaba de cierta fama y de ligera fortuna. La idea fue aprobada, Simmons y Erzin trabajaron la historia, Paul interpretaría al héroe, al muchacho en busca de su destino, Gene encarnaría la voz de la sabiduría, el ancestro (The Elder), Ace se apartó del proyecto, su personaje en la historia no quedó definido y grabó todas su partes desde su estudio privado.
Abandonaron los trajes coloridos, se cortaron el cabello quién sabe con qué objetivo y colocaron un mano sobre una puerta para establecer cierto nivel de misterio, detrás mora lo desconocido, es la invitación a un nuevo mundo, una nueva fase en la banda. Convocaron a los ejecutivos de Polygram y ante ellos develaron lo que debía ser una obra maestra. Fanfare, vaya forma de comenzar el disco; de todos los comienzos posibles, nadie podía haber imaginado algo parecido. Tanto así que uno piensa que se ha equivocado de disco o que hubo un problema de producción, y accidentalmente otra cosa vino a parar aquí. Nadie estaba listo para esto y por eso mismo fue un fracaso. Hoy en día suena mucho mejor, y es una de esas rarezas que muchos coleccionistas de rock progresivo rescatan. En 1981, los ejecutivos de Polygram querían arrancarse los pelos. A nivel musical está muy bien construido y las tres primeras canciones se enganchan a la perfección, incluso a nivel narrativo.
La casa disquera no tenía mucha fe, y cambió el orden de las canciones, para darle mayor énfasis a los singles: The Oath y A World Without Heroes, fragmentando la narración y fue una pésima decisión. Nadie entendió qué es lo que la banda intentaba hacer, el concepto, la historia, el cambio de imagen, de sonido; fue pretencioso, como todo lo que hace Gene Simmons. Suena bien, pero es otra banda, no encaja para nada en la idea que uno tiene y conserva del grupo; podemos incluso decir que este es el hijo espiritual de Wicked Lester, esa banda medio hippie que Simmons y Stanley destruyeron para construir a Kiss: el cuero, la sangre, el fuego, el maquillaje… la distorsión en las guitarras. Just a Boy, es una canción muy melódica, el comienzo de la travesía, como suele suceder en todo relato heroico, es solo un muchachito medio atolondrado, embarcándose en el mundo, y no sabe lo que le espera.
Opera Rock, y Paul Stanley canta bien, aunque es un tono algo forzado, y cuando comienza Odyssey, es muy difícil creer que este es un disco de Kiss. Es una canción compuesta por Tony Powers, con el piano y la orquesta de fondo, suena fuera de lugar; es una gran canción, en el disco equivocado y cantado por la gente incorrecta. Es el problema esencial en todo esto. En cuanto al contenido lírico, creo que todos tenían en mente a las Guerras de las Galaxias, epopeyas de nuestros tiempos. Con esto termina el primer acto, tenemos la situación inicial: el héroe en su búsqueda eterna, tantas veces contada y de diferentes maneras, el mismo relato de siempre, la saga épica que venderá millones, laudada por la crítica de manera universal, aplaudida en todas las salas de conciertos, la gira más grande en la historia de la banda y por qué no, pensar en un espectáculo tipo Broadway, un musical con actores de verdad.
Pensar en grande, darle credibilidad a la banda, poner en aprieto a los críticos, osado y arriesgado, al estilo de Kiss; cuando menos eso fue lo que pensaron. En 1981, la gente lo último que esperaba era un disco narrativo y excesivamente pomposo, con una historia muy mal enfocada. Creo que fue una oportunidad perdida, los cuatro podían cantar y desarrollar mejor el contenido narrativo, los personajes no están muy bien establecidos. Es un álbum muy interesante, lo disfruto bastante, aunque la historia no llega a ningún lado. En Only You, Simmons canta muy bien y la canción funciona, es la voz que guía al héroe, es el oráculo que augura una nueva era de esperanza, porque este muchacho es el elegido y le podrá hacer frente a la oscuridad, podrá enfrentar sus miedos, podrá convertirse en hombre y reclamar la gloria.
Para Frehley fue demasiado, su material ni siquiera fue utilizado, sus ideas ya no eran tomadas en cuenta, ahí perdió la fe en la banda. Colgó sus botas plateadas, cuando regresaron humillados al estudio en 1982, el guitarrista ya no volvió. Under the Rose, fue una idea de Eric Carr, desde un inicio fue un gran colaborador, lo dio todo por la banda, y cuando enfermó, ya tenían listo a su remplazo porque los negocios no pueden esperar. Esos coros creo que eran innecesarios, aunque es parte del concepto, la Orden de la Rosa y el Concilio de los Ancianos; me sigue sonando a mitología Jedi. Dark Light, es la única canción que canta Frehley, un viejo demo grabado con Anton Fig, Lou Reed y Gene Simmons le dieron forma a la letra, aunque no queda muy claro qué es lo que representa la luz oscura; como esta canción no fue compuesta para el proyecto, suena fuera de lugar, rompe la progresión narrativa.
Un tanto inconsistente todo esto y nunca me gustó esa canción, aunque tiene el solo más memorable en todo el disco y cierra el segundo el acto. Tampoco entiendo cual es el personaje que interpreta Frehley ¿es el emisario de la oscuridad? ¿quizás el villano? ¿quizás algo más? Parece una obligación contractual, tenían que incluir una canción del guitarrista para alivianar las tensiones internas. A World Without Heroes, otra canción en la cual ayudó Lou Reed, es una idea de Stanley, pulida para que encaje en la temática del disco, y es la única canción que la banda suele rescatar, el héroe encamina la fe y el mundo necesita creer, la voz de la profecía le muestra al protagonista las consecuencias funestas al momento de rechazar su destino. Tiene que aceptar lo que es, relegar su vida mundana, someterse al juramento para trascender. The Oath, es la canción que los fans suelen rescatar, es la más pesada del disco, rara vez interpretada en vivo, es definitivamente de las mejores cosas que tiene Kiss.
En este punto, el héroe, está listo para enfrentarse a la prueba final, está listo para medir su coraje y desafiar a la encarnación del mal. Mr. Blackwell, es la canción más rara de todas y creo que es el villano, que aparece en el acto final. No queda claro qué es lo que quiere o es qué es lo que busca, es el mal que existe sin razón alguna; es la fuerza antagónica que mueven la acción, aunque no se llega a ninguna resolución. Escape from the Island, que también es una idea de Frehley, es una improvisación en estudio, y grabó varias con Eric Carr, Bob Erzin toca el bajo y esto no le agrega nada a la trama narrativa, de dónde sale esta isla, nadie nunca la mencionó, pero es de las mejores canciones que tiene la banda en general. I es la palabra favorita de Gene Simmons y condensa toda la filosofía del bajista: yo creo en mí y es todo lo que importa. Aquí el protagonista declara su principal fortaleza, y recibe la sabiduría de los Ancestros, Simmons y Stanley intercalan estrofas y cantan al unísono, mostrando como ambos son partes indivisibles del héroe.
Por cierto, Allan Schwartzberg, baterista en el disco solista de Simmons, tocó en dos canciones, y será un colaborador usual en los ochentas, algo que no fue del completo agrado de Eric Carr. Una cosa es que limiten tu participación y otra que te remplacen porque tu trabajo no está a la altura de las exigencias. Cualquiera se sentiría ofendido. Cuando el disco finalmente salió al mercado, se hundió en las listas de ventas, fue un rotundo fracaso. La banda entró en pánico, la gira fue cancelada porque el disco no cubrió ni los gastos de producción; no podían asumir más pérdidas, estaban en la obligación de volver al estudio y generar un éxito, así lo dictaminaron los altos ejecutivos de la casa disquera. Toda la responsabilidad recayó en Bob Erzin y su notoria adicción a la cocaína, Bill Aucoin fue despedido, otro cocainómano, Ace ya no devolvió las llamadas, aunque tuvo que realizar algunas apariciones televisivas, así lo estipulaba su contrato, y a Carr le recortaron el salario. The Elder es un monumento al fracaso y sin más opciones, la banda nuevamente abrió audiciones.