Un año un poco atípico. Creo que el siglo XXI recién empieza. Un antes y un después marcado por la pandemia. Como decía el Hetfield, “Old habits reappear, fighting the fear of fear” y realmente, como nos está costando como sociedad y como individuos, encajar en este nuevo escenario, bastante fluctuante en cuanto a tiempos, horarios, rutinas. Como que a veces seguimos perdiendo la noción del tiempo, y las horas y las semanas se nos van… El tiempo, se nos escurre en nuestras manos, y como nos está costando navegar nuevamente en esta modernidad liquida.
Y mientras la rutina nos agarra y nos pega con todo, siempre podemos escaparnos de este mundo artificial y abstraernos en nuestras lecturas, en nuestros libros, en nuestras manías y sobre todo en nuestra música. No hay mayor satisfacción que la libertad. Y la música siempre ahí, como un switch que nos conecta y desconecta de con este mundo.
Así, después de meses de haber estado escuchando y reescuchando la música de siempre, comienzo este año con un review a manera de sugerencias, de discos que aparecieron en estas últimas semanas y que ya empiezan a ganarse un sitio en el reproductor de sonido, aquí van …
Cryptworm – Spewing mephitic putridity (Me saco un ojo Records)
“Spewing mephitic putridity”
Este fue uno de los mejores descubrimientos de estas semanas. Provenientes de Bristol, estos ingleses nos presentan un death gore visceral y pútrido, que por momentos se arrastra dentro del grindcore. Resulta satisfactorio escuchar este tipo de material, a veces el death metal genérico tiene otra vibra y siempre es necesario volver a lo más crudo y repugnante del género. Musicalmente, tiene mucho del antiguo Carcass o de Broken Hope. El artwork y la estética, es otra cosa que me encantó, un caldo en descomposición. Un death gore con mucho groove. ¡Para rockear!
Desecresy – Unveil in the Abyss (Xtreem Music)
“Desecresy”
Es una vergüenza, este es prácticamente el séptimo disco de esta banda finlandesa y yo recién descubriéndolos. Un death metal, pesado, bien colgado. Voces guturales ininteligibles que provienen del más allá, le dan un aura especial. Una sensación de misterio, hay algo en la bruma, algo que no es del todo develado… Más allá de los riffs que son una bestialidad, el sonido es bien pesado. Se me vienen a la memoria, el viejo Morgoth o ese death metal más en la línea de la Hatework del Domination de Morbid Angel. Un disco más que recomendado.
Hath – All that was promised (Willowtip Records)
“Hath”
Un gran disco, al cual ya le venimos siguiendo los pasos en el Abismo. La Costa Este de los Estados Unidos, hace ya buen tiempo que viene lanzando bandas de death metal sumamente técnicas y prolíficas, que ya rayan dentro de los progresivo. Este es el caso de esta banda oriunda de New Jersey, que nos presentan este su segundo disco. Un death metal brutal, extremadamente técnico, con momentos de lucidez realmente extraordinarios. Más allá de la brutalidad, a lo largo del disco encontramos pasajes más acústicos, progresivos a su estilo que prácticamente te llevan a otras dimensiones. Si me preguntan ¿si el death metal se ha reinventado?, yo respondería que sí y que además va por el camino de bandas como Hath. Este es el death metal contemporáneo y vanguardista.
Como datos adicionales, el batero AJ Aviana, es también batero de Ophidius, otra banda de death progre de New Jersey. Y el artwork es una obra de Adam Burke, quien recientemente también se hizo cargo de la portada del último disco de Vimur, entre muchas otras.
Immolation – Acts of God (Nuclear Blast)
“Immolation”
Una bestialidad de disco, lo menos que se podría esperar de una bestial banda. Esta es una banda neoyorkina legendaria, posiblemente de las primeras que aparecieron en la escena death metalera gringa de principios de los 90.
Un disco muy sólido. Cinco años del anterior disco y la banda sigue igual o más brutal que antes. Ese death metal oscuro y malévolo que solo esta banda es capaz de presentarnos. Musicalmente es un disco bastante genérico, pero es lo suficientemente bestial y melódico como para engancharte y escucharlo una y otra vez. El Artwork, obra del artista Eliran Kantor, cae como anillo al dedo sobre el concepto del disco.
