En 1982, a todo el mundo le pareció una buena idea grabar un EP con Wendy O. Williams, la princesa del punk. Esa actitud irreverente y desinhibida atrajo la atención de los medios; reunir a dos íconos podía funcionar, pero fue un desastre de principio a fin, y el EP un fracaso crítico y comercial. Lo que es peor, Eddie Clarke pasmado y contrariado se fue de la banda; aunque las versiones difieren, despido o renuncia, creo que nunca lo sabremos. Lo cierto es que había tensiones, desacuerdos creativos, roces. Lo del EP fue el acabose; el final de una era, los años dorados, la alineación clásica y ante tal situación lo único sensato es continuar. Abrir audiciones, aunque no hubo tiempo; Clarke se fue en un momento incómodo, en medio de una gira y Animal Taylor, sugirió el nombre de Brian Robertson, exguitarrista de Thin Lizzy. Parecía una buena idea, grabaron un disco juntos y fue el peor momento de la banda. Nadie compró el álbum y por mucho tiempo todos lo ignoraron. El peor disco y sin embargo…
Back at the Funny Farm
Y esto comienza como muchas canciones de Motörhead, pero la guitarra tiene otro tono. Sigue siendo violento y sucio, es el estilo que cautivó a toda una generación y unió a punkeros y metaleros, bajo una misma pasión. Los solos, son mucho más elaborados y fue uno de los primeros puntos de tensión, porque Robertson pasaba muchas horas ajustando e ideando solos. El tiempo es dinero, y las horas en un estudio de grabación son caras; Motörhead no era la banda más exitosa del mundo, aunque tenía una reputación muy sólida, el dinero no caía a borbotones. Del lado de la letra, con cierto humor mordaz, esto habla de un tipo que está encerrado en un manicomio, aunque él no lo sabe. Es una línea muy delgada, a veces pienso que he perdido la razón, vivo en mi fantasía; no me relaciono con nadie, bien podría vivir en una isla desierta, no extrañaría nada, pero seguiría siendo feliz. Es la actitud de un loco, de un enajenado, de un anormal.
Shine
El disco ha envejecido muy bien; en su momento nadie lo entendió, es algo que suele pasar muy a menudo, hay un cambio y la gente vocifera, con esa voz quejumbrosa: “ya no es lo mismo”. Las cosas cambian y cada instante es destruido por el peso del cambio. Mañana seremos otra persona, tal vez más felices o agrios, más sabios o quizás desganados. Más cínicos, porque la vida nos empuja a ello. Al final, solo queda la apatía. Para mí, es de las mejores canciones de la banda, la disfruto mucho y el solo es magnífico. Y como muchas otras canciones, esto juega con el doble sentido. Lemmy era la perfecta encarnación de la estrella de rock, desaforado, pero culto; un ebrio empedernido, aunque amable y considerado. Todo un galán, aunque no andaba presumiendo. Es una leyenda, es un inmortal. Es una canción que transmite furia; es la esencia misma del metal, tan cerca de los géneros crudos, aunque inserto en su propia categoría. Diciembre es el mes de Motörhead, vida y muerte, con un dejo de ironía. Y este no es un disco tan malo, como se lo suele categorizar.
Dancing on Your Grave
Es otra de las temáticas habituales en la banda; el dinero no es nada, salvo el valor que le queremos asignar en un delirio colectivo que solo provoca avaricia. No es éxito, ni siquiera fortuna. Hay gente que pasa toda una vida acumulando dinero y se olvida de un aspecto muy importante: vivir. Todos nos hemos topado con personas que piensan que por tener dinero valen más que otros seres humanos y, sin embargo, van a terminar en una tumba fría y sucia y no importa si tu ataúd es de oro, en la muerte todos somos iguales, se impone el olvido. Y aquellos que despreciaste en vida, bailarán sobre tu tumba. Es lo más sagrado, el respeto hacia los muertos, hacia la memoria de los que partieron y esta es la canción que inspiró a Sepultura, a tomar ese nombre. Nada más irreverente que mofarte de los muertos, de qué te sirvieron tus millones si ahora te pudres como todos los demás. Dónde está tu nobleza y alcurnia, tu poderoso estatus social. No tendré dinero ni lujos, pero tampoco los ansío, tengo una vida plácida y tranquila; es perfecta dentro de mis propios parámetros. Suena diferente, y no podría ser de otra forma, pero es genial.
Rock It
Rockeando hasta el final; es difícil siquiera imaginar que Motörhead terminó la gira europea en 2015. La música te salvó la vida, te dio un propósito y todos tenemos una banda sonora que nos acompaña, incluso en los peores momentos, cuando hemos perdido toda esperanza. Siempre vuelvo sobre los mismos discos, ahí me siento feliz y mientras pueda disfrutar de la estridencia, podré seguir plácidamente con mis labores cotidianas, con ligero entusiasmo y considerable desdén. Qué más da, no tengo nada que perder. Solo sigo mi rumbo, asumo mis labores cotidianas y detrás tengo música. Como suele suceder en estos casos, es una historia larga y complicada, aunque Motörhead no decepciona, cada disco repite la misma fórmula y este destaca entre muchos porque Robertson es un gran guitarrista. No encajó en la banda, con sus zapatillas de bailarina y sus licras ajustadas, tenía una imagen muy afeminada en un mundo de machos de pelo en pecho. Casi se hace pegar un par de veces. El rock & roll es también una actitud, engendra un estereotipo y pasamos mucho tiempo debatiendo quien es verdadero y quien anda fingiendo.
One Track Mind
La mejor canción del disco; la letra tiene una estructura muy interesante, juega mucho con las expresiones en inglés, dándole un mayor peso poético, utilizando figuras retóricas no muy comunes, en los desgastados estereotipos del rock. Motörhead es algo más que fuerza bruta; es la voz, la potencia del bajo y una filosofía de vida: tenías todo para perder y aun así saliste ganando. Es la temática central de la canción; te pueden pasar las peores cosas y todos hemos padecido ciertos tormentos, pero aun así lo mejor que podemos hacer, es caminar despreocupados. Todas las cosas por las cuales sufriste no tienen ningún sentido. No puedes volver sobre lo mismo, de nada sirve contemplar el pasado o anticiparse al futuro, hay que vivir en el momento; la vida es ahora, no después. Cantar con sentimiento, no es una tarea sencilla y es la marca de todo gran vocalista. No es la técnica, es tratar de transmitir una emoción. Es un tono muy peculiar, ruge en el micrófono y sentimos el peso de cada palabra. El trabajo de la guitarra, aquí lo cambia todo.
Another Perfect Day
Todos los días podrían ser perfectos, si le ponemos empeño. La vida es un juego de azar, puedes apostarlo todo y ganar. Puedes tener suerte y triunfar. Puedes sentirte listo y vencer. De cualquier forma, el éxito es solo un golpe de suerte, al igual que el desastre y esta formación no prosperó. Robertson estaba dudando, quería darle otro sonido al grupo, Lemmy con cierta diplomacia le hizo entender que esta es su banda, aunque el giro melódico es palpable, la esencia sigue intacta. A los fans, no les gustó, algunos rompieron los discos, otros quisieron sabotear la gira, y los pocos decidieron quemarlo en ceremonia secular. Tampoco puedo explicar por qué lo disfruto tanto; creo que son los solos. Es muy diferente de los anteriores, pero después del éxito inesperado del Ace of Spade, la casa disquera esperaba un éxito y el Iron Fist fue un fracaso, este disco se hundió ni bien salió a la venta; ahí perdieron todo interés. A nivel visual, es claro que Robertson no encajaba, tenía su estilo y no iba a modificarlo para adaptarse al código vestimentario impuesto. Si me da la gana, salgo con mi polera rosada y que todo el mundo se vaya al cuerno; esa es una actitud rockera.
Marching Off to War
Todo el mundo sabe, con una amplia variedad de detalles, que Lemmy tenía una peculiar obsesión con la Segunda Guerra Mundial. Nunca dudó en posar con sus uniformes nazis; durante años, llevó en el cuello una Cruz de Hierro, la condecoración prusiana que Hitler restauró para galardonar a sus fuerzas en 1939. Todos también sabemos, que Lemmy era un tipo sensato. La guerra no es un acto heroico, es locura. Es la representación más cruda del infierno, y la Segunda Guerra Mundial fue una hecatombe, dos millones de muertos en Stalingrado; de las partes involucradas, todos perdieron al menos a un familiar. Ciudades enteras fueron arrasadas y Berlín tuvo que reconstruirse, ladrillo a ladrillo. Nunca más cederíamos a la locura, nunca más tendría que producirse otra guerra, no a esa escala cuando menos. Los gobiernos del mundo estaban dispuestos a firmar la desmilitarización y de bruces caímos en la Guerra Fría; nadie presionó el botón, pero hubo momentos de fuerte tensión. Ahora seguimos en guerra, porque es un negocio muy lucrativo.
I Got Mine
Lemmy siempre lo dijo, Robertson pasaba mucho tiempo grabando sus partes, no suena mal y se nota todo el trabajo de fondo, pero en Motörhead las cosas no tomaban meses, podían armar un disco en un par de días. En consecuencia, este es un disco caro y puso en serios aprietos a la banda; salieron de gira para recobrar algo de lo invertido, y la edición del 2006 da testimonio de un set interesante y tal vez es uno de los mejores documentos que tiene la banda. Ahora que vivimos en el recuerdo, está saliendo mucho material inédito y por ello Motörhead tiene muy bien documentadas sus giras, pero esta etapa sigue siendo una anomalía. Nosotros, viejos fanáticos, que estamos podridos del Ace of Spade, le damos a este disco en particular la categoría de obra de arte de culto. Es de lo mejor. Después de esto, la banda pierde un poco el rumbo, aunque tampoco son discos malos. En la vasta discografía, es muy fácil y tentador quedarnos en los clásicos y nos olvidamos del resto, por simple comodidad. Y esta canción habla de las relaciones de pareja, que suelen ser bastante complejas y que pueden resumirse en una sola sentencia que garantiza la convivencia pacífica: tú tienes lo tuyo y yo lo mío.
Tales of Glory
Todos conocemos a una persona que nos cuenta maravillas, que embelesa su vida, que se muestra gallardo y seductor en las redes sociales, exitoso; cuando bien sabemos que no es tan así porque lo conocemos en el fondo. Con el tiempo, uno aprende a desenmarañar mentiras, se vuelve demasiado evidente. En mi caso, era yo, quien embobinaba muchachitas en esos bares que recuerdo con cierta nostalgia. No recuerdo bien qué les decía, pero funcionaba. Es cierto también, que esta canción tiene mucho del Motörhead clásico, cien por ciento rock & roll. Ahí también está el espíritu del punk, y en la velocidad radica la fascinación de toda esa generación de metaleros, que se preguntaban: cómo es posible que alguien toque tan rápido. Veloz y furioso, inverosímil; es la canción que menos me gusta, porque termina en un fade-out, es como si me escupieran en la cara, esas cosas no se hacen, tal vez estaban cortos de tiempo, los vinilos tienen sus restricciones; esto rompe la atmósfera del disco. Tal vez soy un poco quisquilloso, pero esa técnica se populariza, en el momento en el cual la música se convierte en industria, y se establece de manera arbitraria, que las canciones tienen que durar tres minutos, nadie va escuchar canciones largas. Es una bella ironía.
Die You Bastard
Musicalmente hablando es una canción bien rara; es cierto, no es la mejor manera de cerrar un disco y por estas cosas muchos se dijeron, esto no vale la pena. La letra es super cruda, tal vez de las cosas más violentas que tiene la banda; el solo, es fenomenal, pero hay algo que no me termina de convencer, la suelo saltar. La canción que quedo fuera, es Turn You Round Again, y es bestial; es el Motörhead ruidoso que tanto me gusta. Son palabras sabias: nadie dijo que esto iba a ser fácil, y si te sirve de consuelo, todos somos iguales, con una cara y un nombre diferente. Ahora también, están saliendo nuevas rediciones, pero el material sigue siendo el mismo, y la gran virtud de las ediciones de lujo, fue incluir en vivos. Tienes el álbum con los extras habituales y un testimonio del set de la gira, qué más se puede pedir. Al terminar la gira de 1983, Lemmy estaba cansado de los caprichos de Robertson, sin ningún temor se fue de la banda y lo siguió Taylor, formaron una banda, que cayó en el olvido y Motörhead tuvo que reinventarse: dos guitarristas y un nuevo baterista, otro sonido. Un nuevo comienzo.