La voz de hierro, la voz del Metal; el dios inmortal. Se ha convertido en un emblema del heavy metal, pues a él le debemos el sonido y la estética que se propaga por todos los años ochenta.
Diez años desde la muerte de Ronnie James Dio; todavía no puedo creer que haya pasado tanto tiempo, tal vez porque su presencia es constante en mi vida. Es parte de la familia púrpura y suelo escuchar sus discos con mucha emoción, Sacred Heart, es una de mis canciones favoritas y suelo volver a ella con cierta obsesión, adoro como canta. Los cuernos del diablo y la eterna evocación al arcoiris, símbolo de esperanza. Rainbow es su banda, él le puso el nombre, él forjó el sonido y cuando Blackmore quiso retomar el control, Dio se marchó. Nada de poperías le dijo, pero Blackmore necesitaba el dinero. Los discos de Elf, ya anticipan el sonido del primer LP de Rainbow, es parte de ese imaginario musical, fue grabado con los mismos músicos, menos el guitarrista claro está, y bajo la sombra del Stormbringer de Deep Purple, y por eso comparten una misma esencia. Melódico y algo funky, aunque el disco de Rainbow coquetea más con el rock progresivo. El Rising es otra cosa, es pura fuerza bruta y tiene la mejor canción del grupo, Stargazer, precursor del metal progresivo. Hasta el día de hoy, es fuente inspiración para muchas bandas. El Long Live Rock and Roll, lleva muy bien su nombre y se trata de eso, canciones más simples, más estilo de Deep Purple, aunque el influjo de Dio es innegable, y tiene la canción más bella y emotiva que la banda ha grabado, Rainbow Eyes.
Giros del destino, Dio grabó dos discos increíbles con Black Sabbath, de haber seguido esa formación podían haber dominado la década y muestra bien el impulso creativo del vocalista, desde el 75, todos los discos en los que ha participado son joyas del metal. Ya con su banda, saca uno de los LP’s más representativos del metal ochentero: Holy Diver, todas las canciones son hits, le sigue The Last In Line, Sacred Heart y Dream Evil, todos son discos seminales en el heavy. Ahí comienzan las peleas, los cambios de personal, la rivalidad con Vivian Campbell. La historia es conocida, al salir de Black Sabbath, en no muy buenos términos, Dio armó una banda, con Vinny Appice, Jimmy Bain (uno de los tantos bajistas de Rainbow), Campbell y luego Claude Schnell en los teclados. Todos firmaron un contrato para impulsar una banda en condiciones de equidad; fue sugerencia del manager y esposa de Dio, que el grupo lleve su nombre, al fin y al cabo, era un personaje conocido en el medio, ya tenía un mercado consolidado. Todos aceptaron, pero con el tiempo surgieron rencillas, pues siempre un individuo brilla, más que otros y Dio era el centro de atención, para el gran descontento de Campbell, que furioso fue reclamar el pago de regalías incumplidas. Es cierto, que el vocalista se quedaba con la mayor parte del dinero, fue la movida del manager, y en última instancia, provocó el colapso del grupo.
Lock Up The Wolfs, fue grabado con otra banda y fue un fracaso en términos comerciales, y la banda nunca se recuperó de ese golpe. Durante la gira de ese disco, Geezer Bulter tomó contacto con el vocalista y ahí surgió la idea de reformar esa alienación. El Dehumanizer, es un disco muy bueno, lo escucho bastante, pero las rencillas volvieron a surgir, Dio se fue en medio de la gira, pues a Black Sabbath le ofrecieron participar en el Ozzfest de 1992, y Dio se rehusó, no iba a ser telonero de Osbourne; el tedioso choque de egos. Fuera de Sabbath, una vez más, reformó su banda; el único que volvió fue Appice. Strange Highways y Angry Machines, pasaron desapercibidos, tenían un sonido muy diferente a la etapa clásica de la banda, aunque están en la misma vena que el Dehumanizer; en Pain Dio hace un extraordinario trabajo vocal, es también una de mis canciones favoritas. Ya en los 2000, con otros músicos en constante rotación, el grupo sacó tres discos más, muy sólidos, que en cierta forma rescatan y reinventan el sonido clásico. El Magica, primer volumen de una trilogía inconclusa, es una obra maestra, y el vocalista se embarcó en una gira muy exitosa. Le sigue Killing the Dragon, y su breve participación en la película de Tenacious D, introduciéndolo a una nueva audiencia, cerrando el ciclo con Master of the Moon, que es el primer disco de Dio que escuché en mi vida y por eso le tengo mucho cariño. En esa última gira como solista, Dio llegó a Santa Cruz de la Sierra (Dio en Santa Cruz).
En 2006, Rhino Records, preparaba una compilación de Black Sabbath, The Dio Years, y la banda decidió reunirse y grabaron tres canciones nuevas. Contentos del resultado y habiendo hechos las paces, la banda salió de gira, adoptando el nombre de Heaven and Hell, para diferenciarse de la etapa Osbourne. En abril del 2009, casi un año antes de la muerte del vocalista, sacaron su primer disco, The Devil You Know, que al fin se encuentra disponible en las plataformas streaming. Al respecto escribí unas cuantas líneas, (El legado del mal) es de los mejores discos que tiene Dio, la mejor manera de cerrar una ilustre carrera. Es el mejor vocalista, uno de los mejores compositores, el Metal le debe mucho a él; por ello, por siempre, el 16 de mayo será el día internacional del heavy metal. Nunca se produjo una reunión con Rainbow, hubo planes, que fueron interrumpidos abruptamente por la muerte de Cozy Powell, Dio fue muy claro al respecto, esa etapa fue necesaria para su carrera, pero no estaba dispuesto a soportar nuevamente el malhumor del hombre vestido de negro. La vida es incierta, pero Dio se tiene bien merecido su lugar en la eternidad.