La pandemia lo cambió todo, y uno de los sectores más afectados, es la música. Desde hace años la industria del disco está en crisis, tanto así que producirlos es casi una actividad a pérdida. Los artistas ganan dinero en las giras, venden entradas, mercadería y otras chucherías; todos salimos contentos. Este año muchas bandas se quedaron sin ingresos y Anathema, por citar un ejemplo, entró en quiebra. No queda más que adaptarse a nuevo contexto, una nueva forma de vida que cambia, incluso, nuestros hábitos sociales, la manera cómo nos relacionamos. Nada será igual y por ello, las bandas tendrán que ofrecer contenido exclusivo, tendrán que encontrar nuevas formas de conectar con el público.
Hace poco, y en experiencia colectiva virtual, para celebrar el cumpleaños de un infeliz que de cuando en cuando escribe por aquí, vimos el concierto de Baroness y lo disfruté mucho. Es otra experiencia sin duda, pero la interpretación de la banda y la calidad del sonido, valen cada centavo pagado. Felices y serenos, el júbilo eterno, así nos deja la música. A iniciativa de Metal Injection, y de manera mensual tengo entendido, se llevarán a cabo estos festivales virtuales: Slay at Home, con fines benéficos, siendo también una vitrina de exposición para las bandas; si no viviera en el hueco del mundo, compraría de manera más frecuente, poleras, tazas, póster y todo lo que puedan ofrecer.
Desde luego, no es lo mismo ver a la banda tocar en vivo, que reproducir en vivo una canción, pese a todo es una experiencia gratificante y The Ocean es una banda fenomenal, le tengo mucho cariño al Anthropocentric, y este año salió el Phanerozoic II, fácilmente entra entre los mejor del año; aquí interpretan Devonian, una de las mejores canciones del Phanerozoic I. Para nosotros, que no podemos ver a las bandas en las giras habituales, nos da una pauta del poder de la banda en vivo. Por eso mismo lo compartimos.