Colotyphus – My Nostalgia (2021)

My Nostalgia

Tiene un comienzo muy raro y por eso mismo cautiva, es muy inusual; preludio a la locura, la soledad y la tristeza. Es una batería sorda, como su estuviera en el fondo de un estanque. Parece un ejercicio rutinario y en otro plano, en otra realidad, el bajo, las guitarras y los teclados se sobreponen. El camino hacia la perdición. Este disco atrajo mi curiosidad, por la excelente calidad del sonido, es una producción independiente, aunque es evidente que pasaron horas en el estudio trabajando las cintas. Se sitúa en ese espectro post-black metal, que ahora me seduce sin reparo y sin caer en lo caótico el ritmo se acelera. Es muy melódico, es el grito de la desesperación, y en el metal no hay barreras lingüísticas, pues compartimos el mismo dolor.

Más allá de la percepción se yergue la realidad del ser, no somos carne, somos espíritu, esa esencia que busca desligarse de las barreras del cuerpo, de lo mundano. Somos algo más que una mera máquina productiva, somos pensamiento, miedo y terror. Navegando en un mar de dudas, aceptamos sumisos nuestra soledad, nuestra incapacidad de comunicar. Necesitamos compañía, un abrazo, una mirada que inspire confianza. Necesitamos hablar. Son las emociones que despiertan la música; un torbellino de cosas que caen inexorablemente. Un sonido y un ritmo, solo aquello que nos confiere sosiego, nos cobija. La furia y el estruendo, es una manera de desafiar lo trivial. La inicua constancia que rige nuestras vidas.

Los teclados, la batería de fondo y luego la ira; no puedes desligarte de tu pasado, siempre vuelve, con esa fuerza desoladora y rancia. Te consume y no puedes dejar de pensar en todo lo que perdiste, en todo lo pudiste ser; todo desaparece en un instante, el recuerdo te atormenta y es lo único que no puedes olvidar. Cargas contigo el peso de tus errores, el fardo de tus desdichas, tu racimo de necedades. En ese tiempo perdido, derruido por la inconstancia, fuiste feliz; ahora, solo eres una sombra desprovista de humanidad, aferrado a la nostalgia, al ayer, a un momento perdido como todos los anhelos en tu vida. No hay esperanza, solo el tiempo que se escurre entre el rencor

De regreso al camino de la desesperanza, hacia la eternidad… cierra los ojos y disfruta del silencio. El silencio es un momento del lenguaje y no así su ausencia. Todos vivimos en un exilio autoimpuesto; nos encerramos en el silencio y las breves interacciones humanas son meras convenciones sociales. Te dejas arrastrar por el tiempo, vagando en la eternidad, sin propósito, sin sentido, un alma en pena añorando aquello que ya no posee. A este disco nadie le dio importancia y, sin embargo, es un cúmulo de emociones, las canciones están muy bien construidas y como bien lo vengo reafirmando, me gustan los contrastes, la melodía y la estridencia. Notas dóciles en un teclado, la fuerza de la batería y el crujido de las guitarras, aún te veo en mis sueños, aún tu recuerdo me acosa. Ilusiones de sueños traicioneros. Antes del amanecer se disipan nuestros miedos.

El trueno de la ansiedad agitará nuestros corazones, son atmósferas muy bien definidas, es clamor, ímpetu e inquietud, es el recuerdo, la nostalgia que no te deja dormir; el llanto de los corderos y solo en el silencio, encuentras paz. Por ello, por todo lo que evoca en mis propios recuerdos, es uno de los mejores discos del año.

Sobre George

Politólogo, melómano, escritor...

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