Musmahhu – Reign of the Odious (2019)

Reing of the odious

Comenzar el año, nuevos desafíos, nuevas obligaciones, buenos deseos; la misma cháchara de siempre. Pero el año está comenzando con mucha brutalidad y por qué no mencionar el disco debut de este dúo sueco, blackened death metal de alto nivel. Sucio, salvaje, pesado y blasfemo, es lo que esperamos del metal extremo. Apocalíptico, es el rugir de la bestia; Musmahhu es una deidad sumeria, muy similar a la Hydra y en este caso simboliza la corrupción, en toda la extensión del término. Y el disco es una sola bestialidad, el Swartadauþuz no es ningún improvisado, es un hijo prodigio del mundo subterráneo y cavernoso, en el que suelen morar los géneros más despiadados y sórdidos. Por eso este disco, suena tan bien, y aquí no hay concesiones, pasajes melódicos o extrapolaciones progresistas, esta es pura y cruda hostilidad. Para ser un disco tan agresivo, es bastante digerible en el fondo y hasta queda corto. El sonido es casi perfecto, algo muy inusual en este tipo de bandas, que suelen descuidar, de manera deliberada, todo el trabajo de producción, es lo que lo sitúa más dentro del espectro del death metal.

Grav

El disco tiene una muy buena progresión interna, claramente separado en dos lados, retomando las construcciones clásicas que el vinilo demandaba, nuevamente en su apogeo, pues tiene un sonido orgánico que realza la música, le da cuerpo y profundidad; en comparación todo lo digital suena muy plano. Sacrificamos la calidad del sonido, para ahorrar espacio, no fue una decisión muy certera. La música es una industria, crea éxitos pasajeros y poco o nada importa la calidad del sonido, mientras sea pegajoso, todo está bien. Nadie se toma el tiempo de sentarse y disfrutar de un buen disco. Nosotros, como buenos melómanos, disfrutamos esa experiencia y descubrir esta banda, fue una de las mejores cosas que me ha pasado este año; de cuando en cuando, hay que encontrar un espacio para hacer las cosas que nos gustan, estar con las personas adecuadas en el momento correcto y a mi me gusta sentarme y escuchar música, verme envuelto por este caos desproporcionado y siniestro. Lo impresionante es como cada instrumento destaca, resalta por su propia fuerza, en una unidad muy bien lograda. Mención especial para Kevin Paradis, baterista invitado para el disco; en los géneros extremos, la batería es el cuerpo central y aquí no decae o flaquea en ningún momento. Es realmente colosal.

Los devotos de lo extremo, tenemos aquí una joya, probablemente el mejor disco de enero y eso que ya han salido muchas cosas interesantes, que auguran otro año de intensidad musical. La búsqueda eterna de nuevo material, todavía tenemos todo un mundo por descubrir y admirar.