Los mejores discos del 2020 (Damián)

Nunca pensé que iba a estar parado en mis dos patas para presenciar una época tan extraña, tan surreal y tan impredecible como esta. El 2020 se acabó, pero sus problemas e incertidumbres no parecen disiparse aún, la pandemia sigue palpitante, los desputes políticos se hacen cada vez más estrepitosos y nosotros los de a pie estamos ahogándonos bajo las mascarillas desechables y el alcohol desinfectante.

La capacidad de canalizar el miedo, la ira, los sentimientos autodestructivos y de incertidumbre por medio del arte es, creo yo, una de las mayores cualidades que nos hacen auténticamente humanos. Por eso le rendimos culto a la música, en este caso, la música violenta, pesada, oscura. Lo que necesitamos para hacer catarsis en épocas como ésta más que nunca.

Así que aquí van mis discos favoritos del 2020:

Menciones Honrosas:

  • Cirith UngolForever Black
  • TravelerTermination Shock
  • PallbearerForgotten Days
  • Forming the voidReviere
  • ElderOmens

10. Pigs Pigs Pigs Pigs Pigs Pigs Pigs – Viscerals

Viscerals

Esta banda es a ratos la versión británica de Red Fang y a ratos todo lo contrario, Pigsx7 mezcla stoner, doom, punk y psicodélico en una licuadora cuyo estrépito se siente en la voz del hooligan borracho de Matt Baty (vocalista de la banda).

El disco Viscerals tiene como concepto y estética el gore vintage, con toques de brujería, comedia, alcohol y mucho humo, casi como una película de terror clase B, de esas que uno quiere ver mil veces.

9. Konvent – Puritan Masochism

Puritan Masochism

Tú, patético sujeto
La sumisión te mantiene erecto
Ignorante mientras esperas
Hay enemigos en las puertas

Con estos versos, las danesas de Konvent, abren su disco debut Puritan Masochism. Un disco que simplemente condensa la peor etapa de la depresión clínica en guitarras que son arrastradas con cadenas por una voz extraída de un pozo húmedo y enmohecido.

Los 48 minutos de duración pueden ser algo agotadores por el constante desgarre emocional, pero al llegar a la última canción Ropes pt. II es cuando el viaje explota en la vorágine, lo mejor del disco, los riffs que generan un ambiente de oscuridad épica, me hacen sentir como si estuviese presenciando la desesperanzadora marcha de una legión de seres empuñando largas lanzas, escudos negros y puntiagudos yelmos.

8. The Ocean Collective – Phanerozoic II: Mesozoic / Cenozoic

Phanerozoic II Mesozoic Cenozoic

Lo interesante de esta banda es la versatilidad con la que se mueve en una misma canción, abarca facetas de varios géneros a la vez, pero mantiene su espíritu inamovible.

Debo decir que no me encantan sus momentos “metalcore”, pero es un lapsus que se los perdono por todo ese desfile progresivo, prehistórico, mastodónico y masivo que te entierra bajo capas de las etapas de la tierra que datan de hace más de 65 millones de años.

7. Bill Fisher – Mass hypnosis and the dark triad

Mass hypnosis and the dark triad

Este disco es el debut del proyecto solista del líder de la banda Church of the Cosmic Skull que se ha abierto camino por su peculiar sonido retro con aires a Kansas o Supertramp, además de su satírica puesta en escena. Se presentan a sí mismos como una secta que venera a los 7 objetos y mediante su música, buscan fortalecer su legión de acólitos fanáticos. Algo así como lo que hizo Charles Manson a finales de los años 60.

En fin, este disco muestra una clara similitud a Church of the Cosmic Skull, mantiene el aire vintage y el esoterismo mágico religioso alternativo, pero es en efecto mucho más pesado y al grano, los riffs son poderosísimos, con mucho cuerpo, pero al mismo tiempo, muy groovies, muy pegajosos. La característica voz de Bill Fisher le da ese toque a prog rock setentero que tanto me gustaba de crío. Los fills de la batería y los arreglos del bajo es lo que contrastan con la guitarra y le dan esa fusión entre ayer/hoy, que hacen que este disco sea tan entretenido de escuchar.

6. Krallice – Mass Cathexis

Mass Cathexis

No importa que haga, no me puedo sacar a esta banda de la cabeza, es casi un fetiche masoquista; la disonancia, el frenesí, los agónicos gritos, un revoltijo avant garde que puede hacerte reventar el tercer ojo como una pipoca.

Este disco no es menos progresivo ni menos agresivo que los demás, mantiene su estable estatus de black metal experimental, pero siempre buscando nuevos terrenos, es difícil de apreciarlos por el caos, pero están ahí, hay momentos en los que siento que estoy escuchando hardcore punk, hay otros que siento que lo que suena es power metal, todo se derrite y se reforma constantemente como líquido hirviendo en caóticas olas y burbujas. Justo como en el arte de la tapa. Otro discazo de los Krallice.

5. Ulcerate – Stare into death and be still

Stare Into Death and Be Still

Sin rodeos, esta banda es un death metal ultra moderno con aires a Neurosis que destila emociones desbordadas. Este disco es laberíntico, oscuro, técnico, progresivo y tremendamente profundo.

Stare into death and be still expresa el sufrimiento como arte, condensando todo el pesimismo nihilista en ocho canciones, cada una con su distintivo grito al vacío, a la nada. Un claustrofóbico mensaje que denota el peso de la existencia.

4. Puta Volcano – Amma

Amma

Hay momentos en los que me gusta acordarme como se sentía caminar entre la erosión bajo un sol azotante, sintiendo el sudor bajar por mi frente mientras el crepitar de mis pasos me despertaba momentáneamente de la hipnosis provocada por mi propia respiración.

Esa es la sensación que me provoca esta banda, es el sonido de la erosión, de la desolación, pero también del viento y la luz del sol. Desert rock inyectado en las venas, Hijos de Kyuss.

Amma tiene ese espíritu de rituales hipnóticos, riffs primitivos basados en la repetición y el groove, así como el bajo y la batería, los tres cumplen una función de trance, y sobre eso, la ronca voz de Luna, resucita, por espasmos breves, la esencia del grunge de hace 30 años.

3. Havukruunu – Uinuos Syömein Sota

Uinuos Syomein Sota

Tengo que admitir que este disco me pegó enteramente por el aspecto sónico, porque al no hablar finés, no entiendo ni una palabra de las letras. Deduzco que, si es que la música y la estética tienen relación con el mensaje, el concepto lírico podría hablar de la crudeza del invierno, la oscuridad y el paganismo nórdico.

Pero de lo que estoy completamente seguro es que esta banda es genial, Uinuos Syömein Sota destila black metal con elementos épicos y triunfantes, pero también melancólicos y gélidos, como los bosques escandinavos. Suenan por momentos como el At the heart of Winter de Immortal e incluso como el Iron de Ensiferum.

Un discazo con mística de sagas nórdicas y galopes frenéticos.

2. Slift – Ummon

Ummon

Pocas veces uno se topa con una banda de este calibre de manera tan accidental como yo me topé con Slift. Los benditos algoritmos de youtube me arrojaron la miniatura de la tapa del disco en las sugerencias, y bueno, eso bastó para meterme de cabeza en la travesía de ciencia ficción, hipnosis cósmica y sobredosis de delay que es Ummon.

El feeling que transmiten estos tres franceses casi se puede palpar, las canciones fluyen como un caudal y los aires evocan a lo mejor de los 70, pero manteniendo la mira fijada en el futuro turbulento. Una epopeya espacial que hace volar de manera extradimensional.

1. Avernal – Tzompantli

Tzompantli

Ahora cierro con Avernal, no podría ser de otra manera.

Tzompantli era un altar donde se empalaba las cabezas de los cautivos sacrificados con el fin de honrar a los dioses en la cultura azteca. Un concepto que se reinventa en la era contemporánea, y que da vueltas constantemente en el disco. La política y sus demonios, la rebelión de masas enajenadas, la violencia en las calles y la destrucción de los ídolos. Las cabezas empaladas de la corrupción, el abuso, la religión y el fanatismo son ofrecidas a los dioses del caos y la anarquía.

Un concepto salvajemente poderoso acompañado de riffs extremos, un bajo apabullante, una batería frenética y una voz podrida y furibunda. Desde el primer instante hasta el violento final, el disco no da tregua, es una taladrada constante, una caída de un peñasco, la sensación de ser linchado por una turba en medio de saqueos y griteríos.

La mejor catarsis para una porquería de año.

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