El Tío, señor de las profundidades cavernosas, simboliza muy bien la maldición de este país, condenado a vivir de la extracción de recursos naturales. No es un ser maléfico en sí, recompensa la devoción: la ofrenda y el sacrifico. Un cigarrillo y un trago de alcohol. Somos un pueblo de borrachos, viviendo en un pasado mítico. Y esto nos lleva al recuerdo, yo crecí en los ochenta y ahora le tengo mucho cariño a esa década; es la nostalgia por el niño que fui. Recuerdo los videos y las cabelleras ampulosas del glam metal; Bon Jovi y Van Halen, ante todo. También recuerdo, haber visto, probablemente en Canal 6 América de Televisión, fragmentos del Maiden England, y quedé muy impresionado por los coros en Heaven Can Wait. Son lindos recuerdos, también por ese tiempo, 1988 o tal vez 89, en algún canal, vi el Kiss Exposed, que es una suerte de documental chistosito, con muchos videos de la época y algunas rarezas. Jamás olvidaré el traje amarillo de Paul Stanley en Who Want’s to be Lonely; es la imagen que condensa todo lo que los ochenta representan para mí.
Hace 35 años, salió el Asylum, un disco que pasó casi desapercibido, aunque ha envejecido bastante bien, y creo que volveré sobre el asunto, en algún momento dado. En el marco de las conmemoraciones, Bruce Kulick, colgó un documento muy interesante, en el cual combina el sonido de sus cintas personales junto con el video capturado por los fans. Es toda una rareza en sí, hay muy pocos registros audiovisuales de la gira; yo tengo un bootleg con una excelente calidad de audio, pero omite las dos últimas canciones y es una pérdida enorme. Uno de los rasgos más distintivos de la gira, es la incorporación al set de Won’t Get Fooled Again; he escuchando muchas versiones, pero esta es la definitiva, tiene el mejor sonido, de lejos además y creo que ya es tiempo que Kulick comparta sus cintas, es lo que exigimos los fans. La reunión, le hizo mucho daño a la banda, prácticamente la destruyó, y desde entonces Kiss, trata de emular su pasado. En los ochenta, era otra banda, rejuvenecida y mordaz; la batería de Eric Carr le da mucha fuerza. Aquí todo encaja a la perfección y Kulick se ganó su lugar en la eternidad, es el mejor guitarrista que ha tenido Kiss.
Lo que me gusta de esta versión es que los tres cantan, tienen su espacio para brillar, y le dan su lugar a Eric Carr. La voz de Simmons no suena tan bien, la voz de Carr siempre anda un poco apagada, porque ese fue el instructivo que se le dio al ingeniero de sonido, y la voz de Stanley suena rara para esta canción; y aún así me siento feliz y agradecido por este video, es lo que hemos esperando durante décadas y no podríamos estar más contentos. Kiss ha intentando por todos los medios, borrar esta parte de su historia, pero la banda suena muy bien, los trajes son un poco ridículos, pero esta es una banda que pudo reinventarse, pudo olvidar su pasado y centrarse en el presente. Para poder crecer, hay que desligarse del pasado; es lo que explica por qué nosotros como pueblo, seguimos estancados.