Provenientes de Suecia, más específicamente de Arvika, Värmland; la banda se iniciaría en la escena del metal bajo el nombre de Hazard y en sus filas incluía a músicos que años después terminarían en Enforcer; del 2001 al 2004 estaban más enfocados en el thrash metal, llegando a editar dos demos; para finalmente consolidarse a partir del 2004 como Tribulation.
Así, el 2005 saldría el primer demo de la banda, titulado The Ascending Dead. Para aquel entonces, la banda estaba conformada por Jonka Andersson en las voces y bajo, Jakob Johansson en la bata, y Adam Zaars y Jonathan Hulten en las guitarras; Para este disco, decidirían cambiar de aires y cambiaron el thrash por un death metal del más putrefacto. Con este mismo line-up, lanzarían su primer EP, Putrid Rebirth (2006) y su gran debut titulado The Horror llegaría el 2009, disco con el cual conocimos la banda.
Para su siguiente trabajo la banda y su música experimentaron un giro trascendental, el resultado fue The Formulas of Death, no por nada este es nuestro disco favorito, con el cual terminamos de declararnos como fans y seguidores de Tribulation. Es una joya de disco, de lejos uno de los mejores discos de death metal sueco de los últimos años. Posiblemente, este sea el mejor trabajo de la banda. Un punto altísimo en su discografía, un disco en el que además de ser oscurísimo, es uno de los discos en los cuales existe una mayor experimentación en el desarrollo de los temas.
Para este trabajo, Jakob Johansson abandonaría la banda para ser reemplazado por Jakob Ljungberg, quien fue parte del cuarteto hasta el EP Melancholia del 2016, para ser reemplazado a su vez por Oscar Leander quien es el actual batero. Existe en definitiva un antes y un después del Formulas, a partir de este disco, el sonido de death puro de los inicios cobraría nuevos sentidos y alcances al incluir mayores melodías, atmosferas góticas, canciones más largas, para dejar espacio a la experimentación y progresión en las canciones, levantando la vara dentro del género death. A partir de este disco Tribulation nunca más sería igual.
Para el 2015, sacarían el excelente The Children of the Night, que para muchos es considerado como el mejor disco de la banda; definitivamente un punto alto en la discografía de la banda en el cual los sonidos se hacen más ‘amistosos’, pero al mismo tiempo más melancólicos, mucho más góticos, mas pensados y trabajados, y a la vez, mas psicodélicos. Con este disco en definitiva empezarían a sobresalir dentro de las miles de bandas genéricas existentes, solidificando su sonido. Posiblemente, un intento de la banda por salir de las oscuridades del death metal, para alcanzar una mayor notoriedad comercial, si vale el término, pero eso sí, manteniéndose fiel a su estilo.
Tres años después, aparecería el Down Below, otro gran disco, con un enfoque distinto en las melodías que adornan sus ritmos más orientados hacia el rock clásico, con un mayor aporte de líneas de sintetizador y teclados con reminiscencias a las películas de terror clásicas (elementos que siempre parte tanto del arte, las letras y su música, de su imaginario, en suma). Como resultado de todo ello, tenemos canciones muy bien desarrolladas, bajo la lluvia, con exhalaciones a través de oscuras chimeneas y horizontes sombríos vigilados por malévolas gárgolas. Solos de guitarras que encajan perfectamente con el estado de ánimo de sus pistas individuales y la consistencia general del álbum. El Down Below, al igual que sus dos anteriores discos, posee una producción de altísima calidad, acompañado de artes extravagantes y macabros que realmente se disfruta al ver, leer y seguir los artes de cada disco.
Where the Gloom Becomes Sound (2021)
Este año, empezó con la llegada del quinto disco en estudio de estos suecos, Where the Gloom Becomes Sound. Si bien al escuchar el disco, tiene todo el aire y la esencia de Tribulation, al oído entrenado, no se le escapará que este es otro Tribulation, suena diferente, lo que a su vez demuestra que la banda ha estado siempre en constante búsqueda y evolución musical.
Son varios los elementos que lo hacen diferente. Pareciera un intento premeditado de la banda a volver a otros orígenes e influencias, el heavy metal y la música clásica, géneros separados por siglos, pero que pareciera que ahora van casi de la mano, la influencia está ahí. En líneas generales, un trabajo más pesado y oscuro, hasta con ciertos toques muy sutiles del black.
Entre otras cosas, el disco fue producido y grabado en Estocolmo por la misma banda en los Studio Rysssviken y masterizado por el mismísimo Magnus Lindberg, de Cult of Luna, en los Redmount Studios.
El disco empieza con la In Remembrance, con una intro exquisita y eso típicos riffs que ya desarrollaría la banda en el Children o en el Down, con la diferencia de que en esta ocasión hay un aura mucho más malsana. Y el disco empieza a despegar, con una canción dedicada a la muerte.
La Hour of the Wolf es uno de los mejores temas que ha compuesto la banda hasta la fecha, y desde ya uno de los hits del 2021. Tiene un aire malvado que recuerda mucho al Formulas y la comparación con Dissection, puede ser más que evidente, especialmente por la forma de cantar y por la intensidad misma de la canción. Es un temón, esos chasquidos al final del tema, son alucinantes!!!… los fantasmas nos embrujan, los espectros están aquí, surgiendo desde donde se escuchan esos sonidos desde la penumbra, haciéndonos mirar hacia los ojos de la muerte.
Posiblemente ese sea el hilo por el cual se mueve argumentativamente todo el disco. El deambular de los espectros entre el mundo de los vivos y los muertos, el punto exacto en el cual los dos mundos se encuentran. Los espectros están aquí, en el mundo de los vivos.
Y la Leviathans, que es otro temón, tiene esos riffs que nos vuelve a jalar hacia el Formulas. Posiblemente es la cadencia, los riffs y los punteos. De lejos, ya se percibe que este disco es mucho más oscuro y más pesado que los dos trabajos predecesores. Es más siniestro también.
Una de las cosas que llaman la atención de este disco y que se nota, es la influencia de la música clásica. La Dirge of the Dying Soul tiene una intro, que, si se le quita la distorsión, fácilmente podría pasar por una pieza de música clásica. Y lo dicho, el siguiente tema, la instrumental Lethe, que es una interpretación de piano bien podría ser una sonata de Chopin o del mismo Beethoven. La temática del disco fluye en las aguas de la muerte y precisamente Lethe, en la mitología griega es uno de los cinco ríos del inframundo que conducen a los infiernos.
La Daugther of the Djinn, posiblemente tenga uno de los riffs más pesados que tiene Tribulation hasta la fecha. Es heavy purísimo. Y esto nos lleva a sostener que definitivamente, este es el disco más heavy y más pesado que ha hecho la banda hasta ahora. Y la canción fluye y se desdobla y se expande con esos punteos de viola que tanto recuerdo pueden hacer a Maiden y nuevamente eso, la esencia y la vena más heavy en su sonido hoy en dia. En el disco hay dos cosas curiosas en torno a este tema, el detalle del dibujo en el librito que acompaña a este tema, la semilla de amapola exudando su látex y el nombre mismo de la deidad a la cual hace referencia la canción, el Djinn que, según las tradiciones del islam, son entes de arena y fuego creados por el mismo Alá.
Siguen dos grandes temas la Elementals y la Inanna, que hace referencia a la diosa sumeria del amor y de la guerra, protectora de la antigua ciudad de Uruk, posteriormente conocida como la diosa de los babilonios Ishtar.
La Funeral Pyre es otra canción que tiene un riff bien heavy, que fácilmente te puede recordar a la Blackout de Scorpions, pero también es caótica y a la vez gloriosa, hasta medio épica. ¿Un tema en el que la muerte adquiere un carácter más ritualista. Cada quien carga con sus muertos y al final, ¿honores a la muerte o una especie de ofrenda para el más allá? El camino a la inmortalidad, el fuego purifica y libera.
El video de este tema ya nos da señales de lo que se vendrá para el futuro. En los créditos ya figura como nuevo guitarrista Joseph Tholl, quien fuera antiguo compañero de Zaars, Andersson y del propio Hulten en la antigua banda Harzard. Por razones personales, este último habría decidido abandonar la banda y seguir por su propio camino y como reemplazante sus antiguos compañeros habrían elegido a Tholl, quien ya había sido compañero de ellos en otras bandas como la mencionada Hazard o Enforcer.
The Wilderness cierra el disco, otra esplendida muestra de la capacidad creativa y de la destreza como músicos que alcanzan estos suecos. Posiblemente un tema que, si bien no está mal, es un poco flojo como para cerrar esta maravilla de disco.
Y otro detalle no menor, todo el artwork que acompaña al disco es parte del trabajo creativo del propio Jonathan Hulten. En fin, un excelente trabajo, que más que seguro estará en los más alto de nuestro top de discos del año.
Nota.- Este review es un trabajo colaborativo entre dos moradores del Abismo: Machi y Dieguex