Y siguen saliendo discos; todas las listas deberían ser publicadas en enero, el año todavía no termina por cierto. El otro día vi un video y quedé fascinado, es de las colaboraciones más interesantes del año, son dos bandas que sigo desde hace ya algún tiempo y son muy representativas del rock contemporáneo. Kadavar y Elder sacaron discos el año pasado y ni bola les di, se me pasaron de largo. Mea culpa, ahora me reivindico; sería más fácil si alguien me ayudara en mi cometido, siempre habrá una excusa para no escribir, hay que lanzarse no más, sin pensarla demasiado, que fluya como el río que me obsesiona.
From Deep Within, tiene un sonido casi etéreo y celestial, ideal para una velada de viernes. Apagar la luz y disfrutar de la música, de esta historia, del viaje; es un diálogo entre dos bandas y toda obra de arte transmite un mensaje. La canción va creciendo, como suele suceder en las grandes composiciones y no queda más que entregarse a la música. Rockeando en un antro a las tres de la mañana, nada importa y lo único real en ese momento, en la música que recorre tu cuerpo. Es fantástico. Soy bien despistado, nunca me doy cuenta de nada, ni sabía de todo esto. Es una linda casualidad, un bello descubrimiento. Esas guitarras son demenciales. Creo que el disco equilibra muy bien el estilo de ambas bandas. Es una combinación perfecta.
Es la mejor manera de cerrar el año, celebrando lo que más disfrutamos; la música es todo lo que importa, lo que rebasa fronteras y nos ayuda a soportar los márgenes de nuestra realidad. In the Way, tiene mucho del folk inglés, que también repercute en el ideario hippie. Esa combinación entre guitarras acústicas y eléctricas, está muy bien logrado. Es progresivo, es inverosímil. Luz y oscuridad cohabitando, es la fuerza que impulsa todos lo colores y por ende toda realidad. Es casi imposible describir sensaciones, rebasa mis modestas capacidades, pero toda la música que me gusta me engloba y me incita a moverme cual epiléptico; no me puedo controlar, es como si la música se apoderara de mi cuerpo con una descarga eléctrica.
El Matador, fue el video que vi el otro día y no lo podía creer; un recorrido cósmico por la vastedad. Fue una buena elección como single, cautiva, da una pequeña pista de hacia dónde se dirige el disco; recién ahora, nos damos cuenta de lo duro que fue la pandemia, de los largos meses de confinamiento, sin conciertos, sin actividades sociales. Hace mucho tiempo aprendí a convivir conmigo mismo, disfruto de mi compañía, nadie más podría soportar mis excentricidades. He pasado tanto tiempo solo, tanto tiempo encerrado, que tampoco me molestaría quedarme por siempre en esta habitación; es mi morada, el lugar donde puedo desatar mis fantasías. No ansío nada, solo espero y disfruto mi felicidad.
Dos hermanos, dos idearios, reunidos de forma casual, meramente circunstancial, así se producen los grandes acontecimiento; una mirada puede cambiarlo todo, puede derruir todo lo que creíste o si quiere concebiste. Todo lo que hiciste en tu vida y todo tu porvenir se condensa en una mirada y luego, en una sonrisa. En este viaje turbulento al fin encuentras alguien con quien compartir tus ideas, tus chistes bobos, tus anécdotas de vida. La música es el mayor hallazgo de mi vida y este disco me remonta a ese momento, en el cual por primera vez me sentía maravillado y casi desconcertado por un mundo que expandía ante mí. Para nadie es un secreto, ambas son bandas excelentes, y el solo en Raspletin, es colosal.
Es un breve condensado de toda la música que me gusta y por eso entra entre los mejores discos del año. Es la dualidad que marca mi propio sendero, mi propio destino. Es un lindo año.