Se fue el 2020, un año que se recordará por mucho tiempo y cuyas consecuencias de la pandemia, son inciertas tanto por los rebrotes como por una resolución que aún se ve lejana, todo ello torna más difícil el sobrellevar, el ya largo tiempo de aislamiento. Y ahí está la música, que sigue demostrando ser un excelente catalizador para lidiar con todas esas emociones, y aunque la escena musical se ha visto terriblemente afectada, salieron miles de discos, muchas bandas de trayectoria volvieron y muchas otras más under, se dieron a conocer.
Como boliviana, comparto ese sentimiento de que pareciera que vivimos en un constante declive desde hace mucho tiempo y donde el desastre de la salud se sumó al drama político que se desarrolla dentro de una espiral de corrupción que parece nunca acabar porque las “nuevas” autoridades solo siguen un libreto para mantener todo como hace 15 años, sin ver más allá de su entorno de poder y sin percatarse de que las condiciones económicas y sociales han cambiado radicalmente, reclamando medidas que no se asumen, porque el único norte parece ser el de llevarse a todos por delante (oposición real o ficticia), sin importar las personas que cada día están muriendo, en gran parte por su irresponsabilidad. Y eso dolor lo vivo día a día…
En un contexto más global, la realidad no parece ser mejor, se suman los problemas ambientales y laborales que cada vez afectan a más sectores de la población y ante ello, cuesta mucho sacudirse y ver la vida con algo de optimismo. En mi caso extraño demasiado no asistir a conciertos o viajar pero no queda más que sustituirlos por otros intereses, que hagan más llevadera la cotidianidad enfrentando el riesgo de enfermarnos o lo que es peor, enfermar a otros. La imposibilidad de quedarse en casa todo el tiempo nos deja el único recurso, en lo posible, de aprovechar solos, espacios abiertos para mantenerse activos, evitando las aglomeraciones.
Bajo estas condiciones, la actual situación ha obligado a la mayora de los músicos a encerrarse, a presentarse sin público o no hacerlo, quedando como alternativa la masividad de las plataformas y redes sociales en un mundo globalizado que muestra una competencia brutal. Las versiones de cuarentena y covers, rápidamente pasan de moda, por lo que si las bandas quieren sobrevivir y no ser olvidadas, tienen que optar por la composición sin dejar de lado sus raíces y a su base de fanáticos.
A pesar de todo lo negativo estamos aquí para valorar lo positivo, debemos utilizar todos los medios posibles para salir de esta pesadilla, por suerte existe un mar de estilos y sonidos. Escuché también mucho rock y metal clásico, nunca está demás recordar los buenos momentos vividos, recordar a las personas que amamos y los lugares que extrañamos, entonces entenderás que escoger lo mejor del año fue una tarea nada fácil.
Akhlys – Melinoë (Debemur Morti Productions)
Este dúo procedente de Colorado, a la cabeza del talentoso Naas Alcameth, lanzó en noviembre pasado su tercer álbum Melinoë. Definitivamente es un buen disco de Black Metal, con tempos bastante caóticos y espacios muy ambientales. Un gran trabajo en la batería para un disco que se siente como una historia de terror donde escuchar a esos seres puede producir pesadillas. Akhlys se perfila como un gran exponente del USBM y para adentrarte más en esta historia sugiero leer el review que escribió el George.
Beltez – A Grey Chill and a Whisper (Avantgarde Music)
La escena black metal alemana y contemporánea, no tiene nada que envidiar a sus pares escandinavos o franceses ya que tiene un estilo muy propio. El segundo álbum de esta banda de Colonia estuvo en mis Recomendaciones de 2017. El nuevo álbum llega a esta lista con un gran trabajo de composición que además está basado en Black Banners, obra escrita exclusivamente para la banda por la escritora alemana Ulrike Serowy (Skogtatt) y que es acompañada de un audiolibro leído por Dan Capp de Winterfylleth y Corinne Henderson, una introducción de Evan Hunt de Metaltower y música escrita exclusivamente por Beltez.
Bohren & Der Club Of Gore – Patchouli Blue (PIAS Germany)
Casi dos décadas de trayectoria y una docena de producciones. Procedente de una pequeña ciudad del estado de Renania del Norte-Westfalia, la banda empezó con músicos de una vertiente más extrema y que fusionaron sus influencias en un dark jazz con toques doom. Creando así, un sonido ambiental muy intenso y oscuro, acompañado de increíbles sonidos electrónicos y suaves melodías de saxofón. La primeva vez que los vi en 2015, acabaron en mi Top de conciertos. Bohren & der Club of Gore te ofrece la posibilidad de disfrutar la soledad acompañada quizás de una vaso de whisky y si buscas muchos cambios no los esperes, esto es música para relajarse y dejarse llevar.
Crippled Black Phoenix – Ellengaest
Ellengaest es de lo mejor que Crippled Black Phoenix (CBP) ha producido en estos últimos años. En circunstancias, nuevamente, donde varios miembros dejaron la banda antes de la grabación, aunque se sabe que el fundador y cerebro detrás de CBP, Justin Greaves (quien ya era antes conocido por haber sido parte de Iron Monkey, Electric Wizard, entre otras bandas) siempre se ha rodeado de una infinidad de músicos. En esta oportunidad se recurrió a algunos muy reconocidos con notables participaciones: Vincent Cavanagh (Anathema) en el tema Lost, Jonathan Hultén (ex-Tribulation) en The Invisible Past, Ryan Patterson (Coliseum, Fotocrime) y Suzie Stapleton en Cry for love; y Gaahl en la increíble In the Night.
Elephant Tree – Habits (Holy Roar Records)
El álbum debut de esta banda londinense, Theia de 2014, fue subestimado sin piedad; su segundo y homónimo estuvo en mi Top 2016. Así que ahora es la oportunidad de reconocerlos si es que aún no lo has hecho, ya que nuevamente llegan con un gran álbum. Esa fusión especial de stoner, doom y psychadelic rock destacan a Elephant Tree y su gran trabajo vocal, las guitarras muy pesadas, el imponente bajo además de muchos hermosos momentos a lo Pink Floyd.
Havukruunu – Uinuos Syömein Sota (Naturmacht Productions)
Sin duda, el título Uinuos Syömein Sota corresponde a la mejor intro y open track del año 2020. Quién no se ha enterado de su existencia, se pierde un gran álbum de BM. Los finlandeses de Havukruunu (corona de coníferas) tienen un estilo completamente singular con sutiles influencias folk, coros masculinos y solos de guitarra. Pero nunca sale de foco el black metal más agresivo, un verdadero soundtrack para la batalla. Por cierto el George también les hizo un review.
Konvent – Puritan Masochism (Napalm Records)
De una pequeña pero talentosa banda femenina de Doom, en la capital danesa, a firmar con Napalm Records para su álbum debut y no solo por una cuota para mujeres. Konvent ha logrado en muy corto tiempo lo que muchas bandas sueñan y es porque entiende simplemente su oficio y el de cada instrumento, voces durísimas como de ultratumba y riffs poderosos uno tras otro. Son bastante jóvenes, las vi en el Northern Discomfort en 2018, llevo con orgullo su patch y Puritan Masochism resultó realmente genial.
Malokarpatan – Krupinské Ohne (Invictus Productions)
Los eslovakos de Malokarpatan estuvieron en mi Top 2017 con su segundo álbum Nordkarpatenland. Los vi por primera vez en 2016 en un pequeño festival para celebrar el solsticio de invierno, difícil de olvidar y de ahí solo han ido ascendiendo… su show en el Brutal Assault de 2019 es memorable, junto a sus hermanos checos. Krupinské Ohne (sin blastbeats) ha recibido la atención de medios y personas como el mismo Fenriz que lo tiene como álbum del año y no se equivoca. Este es un black metal con alma ochentera que nunca se torna aburrido y está perfectamente implementado; afinando cada vez más sus trucos, como los samples de películas (la intro es parte de la película checoslovaca Zlozor de 1971) y los sintetizadores, para ambientar leyendas de brujería y rescatando siempre su cultura popular. Definitivamente Quorthon estaría orgulloso.
Nekrovault – Totenzug: Festering Peregrination (Ván Records)
Recuerdo haber visto a Nekrovault como teloneros de Chapel of Disease, en septiembre del 2019 y me gustó mucho, para entonces tenían ya dos EP. Es una banda relativamente nueva que salió de un rincón del vasto territorio bavaro en Alemania, con músicos muy activos que forman parte además de varias otras bandas. Totenzug su álbum debut, es tan sólido como una tonelada de pesado y agresivo black death, un death muy acelerado para fans de Bolt Thrower… todo envuelto en una atmósfera muy doom.
Samsara Blues Experiment – End of Forever (Electric Magic Records)
Samsara Blues Experiment (SBE) es una banda muy individualista de Berlín. Su álbum debut Long Distance Trip que salió en 2010, es uno de los mejores y más pesados álbumes de la última década en el campo del heavy rock psicodélico. Una corta pero fructífera carrera cierra el círculo en 2020, cuando lanzan este su sexto y último álbum, en parte porque el cantante, bajista y cerebro de SBE se mudó a Brasil. Por tanto End of Forever se convierte en un nombre adecuado para un brillante álbum de despedida. Riffs con mucho heavy y doom, se aflojan con paisajes sonoros de sintetizadores, Krautrock, folk, jams como Santana, un feeling a lo Led Zeppelin son algunas palabras clave para describir a esta peculiar pero siempre orgánica mezcla.
Vous Autres – Sel de Pierre (Season of Mist)
Formado en 2017, a este dúo le tomó solo un año desde su debut, regresar con su segundo trabajo Sel de Pierre. Tiene una gran producción y estética, donde las guitarras downtuned crean un rayo de esperanza entre los vastos y muy oscuros paisajes sonoros. Vous Autres ofrece un black metal con un sonido increíblemente brutal y moderno. De nuevo una banda francesa de clase mundial en este campo del post BM.
Wayfarer – A Romance with Violence (Profound Lore Records)
De la reconocida escena de Denver, Wayfarer llega con este su cuarto álbum, el anterior fue recomendado por el Dieguex y estuvo en su top del 2018. En sus filas hay reconocidos músicos locales donde destaca Isaac Faulk, parte de bandas como Blood Incantation, Abysmal Dimensions, Stormkeep, entre otras. Es un black folk mas country que sirve de inspiración para crear una atmósfera a lo Western e imaginarse esos vastos y desolados paisajes. Con una gran variedad de estilos vocales, un muy buen trabajo en guitarras y batería; este es un álbum con melodías muy lindas, tranquilas, poderosas, filigranas, orgánicas, pueden ser todo. Los caminantes son verdaderos maestros en la composición.
Yuri Gagarin – The Outskirts Of Reality (Kommun 2 Records)
Con su más que explícito nombre, la banda te manda en un cohete de última generación al espacio exterior desde el primer segundo de QSO (quasi stellar object) de ahí en adelante el viaje se vuelve de verdad épico y lleno del más puro heavy psych space rock. Realmente disfrutas escuchar esos riffs ambientados, los teclados, el gran trabajo de batería y solo deseas quedarte flotando por ahí. Tuvimos que esperar cinco años para el tercer trabajo de los suecos, el segundo estuvo en mi Recomendaciones 2015, y valió totalmente la pena.
Así termina esta primera parte de los mejores álbumes que escuché en 2020, no te pierdas la segunda parte porque incluye interesantes recomendaciones. Haciendo un balance anual, fue un año productivo aunque me hubiera gustado escribir más sobre lo que me interesaba, pero debido a otras tareas más burocráticas y tediosas que odio, no pude. De todas formas la música está ahí siempre, para acompañarme…